Abrir pista es una empresa difícil en cualquier prueba automovilística en la que la superficie no sea asfalto. Si en los rallyes lastran las labores de limpieza, al menos la ruta está definida por la naturaleza y detallada en las notas del copiloto. Pero en el Dakar esto no sucede. Ruedas en la inmensidad del desierto y sin ninguna referencia previa en la que confiar. Sin embargo, este desafío no generó problemas a Sébastien Loeb.
La mecánica y los pinchazos fueron los enemigos del alsaciano en la tercera etapa del Rally Dakar 2021, aunque los cambios de neumático quedaron en anécdota a tenor de las consecuencias ocasiandas por una avería: "Hemos roto el árbol de transmisión a los 10 kilómetros. Hemos hecho toda la especial sin tracción en el eje posterior. Pasar las dunas así no es fácil. Ha sido complicado. Hemos hecho lo que hemos podido".
Con el tiempo perdido en la jornada de hoy, el alsaciano permanece en segunda posición de la clasificación general, pero con una desventaja de 37:40 con respecto a Nasser Al-Attiyah, líder de la cita que se desarrolla en Arabia Saudí: "No cabe duda de que Nasser tiene vía libre por delante, ya no podremos meterle presión. De todas maneras, vamos a seguir compitiendo. Soluciones no habrá, pero qué menos que estar ahí".