Tras muchos años, la dilatada época Carlos Gracia ha dejado paso a una nueva cara al frente de la Federación. Manuel Aviñó, tras más de medio año en el cargo, está claro que ha optado por una transición tranquila.
En todo el mundo están surgiendo movimientos políticos denominados extremistas tanto en su concepción como en las formas. En cierta manera, y por desgracia, en la sociedad se está copiando este mismo carácter. Parece que la moderación es un lujo difícil de encontrar hoy en día. Para muchos la llegada de Manuel Aviñó a la presidencia de la RFEdA presumía un tsunami que no dejaría títere con cabeza. Fueron tan oscuros los últimos años de C. Gracia al frente de la Federación, que el ansia de cambio era y es total. Lejos de ese sentimiento de cambio, que muchos siempre confunden con el revanchismo, Manuel Aviñó está realizando una transición sosegada, sin freno pero acertadamente calmada.
Hace unas fechas la propia RFEdA anunció la incorporación de Juan Esteve como nuevo tesorero. Su nombre estuvo durante muchos años indisolublemente asociado a la “Federación de Gracia”, en muchos de los cuales tuve el placer, y la gran suerte, de aprender mucho a su lado, por lo que conozco su valor y me alegro de su nombramiento. Pero éste no es el único caso, puesto que destacados miembros de la antigua RFEdA siguen ligados, de una manera u otra, al nuevo equipo directivo, como pueden ser los casos de Javier Sanz Merinero, Isabel Rubio, Paloma Izquierdo, Fidel García y María Lanzón como más destacados.
El día a día de un ente de la importancia y magnitud de la RFEdA no es algo que pueda asumirse de la noche a la mañana sin provocar un pequeño caos. Ayudarse de los profesionales válidos que ya estaban ahí es un acierto y una ayuda a que la gestión deportiva, la que estaba más dañada, pueda seguir adelante. La frase “ver lo que se esconde debajo de las alfombras” siempre ha carecido de contenido si no se conocen las alfombras que hay en la casa, pero contando con la gente válida que ha estado en la casa mucho tiempo, puede que no encuentres muchas cosas debajo de las alfombras, pero ni buenas…ni malas.
Puede que el cuerpo siga pareciéndose mucho a lo que había antes, pero el trabajo, por ahora, es bien distinto. Las ganas de hacer cosas y algunos pocos resultados que se empiezan a ver hacen confiar en que el trabajo va hacia adelante y eso es lo verdaderamente importante. Cada afiliado, o cada federado en este caso, tiene su idea personal de lo que debería ser la organización a la que pertenece, pero que todas coincidan es imposible. Incluso muchos de los que nos queremos quejar tenemos que, primero, hacer un examen interno de qué es lo que puedo aportar yo a una organización como esta para ayudar al bien común.
Me alegro profundamente del camino que está tomando la RFEdA en estos primeros compases. La época de Carlos Gracia, por lo dilatado en el tiempo y por el mucho trabajo bien hecho, hizo que nuestro deporte diese un salto de gigante que los más viejos del lugar ni nos imaginábamos. También está claro que hubo muchos errores y que especialmente la última época fue ciertamente oscura y con mucho camino desandado, pero es hora de volver a empezar a hacer bien las cosas independientemente de los nombres que estén. En un club deportivo hay que tener en cuentaque la entidad está siempre por encima de los nombres que lo componen y que muchas veces con los mismos integrantes un buen entrenador puede sacarles un rendimiento mejor. Dejemos que nuestro nuevo entrenador, Manuel Aviñó, siga manejando los hilos, confiemos, apoyemos y ayudemos a la RFEdA y nos ayudaremos, por ahora, a nosotros mismos.
