El año 2021 marcaba el regreso del Rally Safari al calendario del campeonato del mundo de rallyes, tras ser suspendido en 2020 por el Covid-19, pero lo hacía de manera diferente a lo que se recuerda de la cita keniata.
La dureza de un rally de más de 1000 kilómetros contra el crono, pasando por ríos y piedras, sorteando animales, lo convertían en la prueba más exigente de la temporada, donde era necesario reforzar suspensiones y chasis, aumentar entradas de aire y colocar snorkels para conseguir llegar al pódium final.
Desde el regreso de esta prueba al WRC no hemos podido ver esas imágenes, pero en la próxima temporada eso cambiará. La FIA aprueba la recuperación de estos elementos y otros nuevos para la refrigeración de los sistemas híbridos de los Rally1 ya que considera que pese a no ser como las de antaño, sigue siendo un rally muy exigente para los vehículos.