M-Sport ha decidido retirar el coche de Sébastien Ogier justo al acabar el Rallye de Portugal después de que hubiera terminado la prueba (es decir, esl abandono tuvo lugar tras el Power Stage) reenganchándose bajo la normativa Rally2. La idea de esta decisión es la de aprovechar parte del reglamento deportivo del Campeonato Mundial de Rallyes, en concreto del artículo 64.2.
En esta parte del reglamento se especifica que el motor es una de las partes selladas (es decir, precintadas) que no pueden ser modificadas en ningún momento, al igual que la caja de cambios y la transmisión – esto se aplica a los World Rally Car, ya que se refiere a coches inscritos por fabricantes con el objetivo de sumar puntos para el campeonato (de pilotos y de marcas). En un principio, el delegado técnico de la FIA ordena que este sello no sea destruido hasta el final del último rallye del año, teniendo en cuenta que cada piloto/coche sólo puede contar con 3 motores diferentes en toda la temporada.
Si ese sello fuera destruido durante un rallye, el piloto en cuestión recibiría una sanción de 5 minutos de cara a la siguiente prueba del calendario. No obstante, en el artículo 64.2.3 se especifica que si se destruye en un coche que no ha terminado un rallye puede sustituirlo sin recibir sanción alguna.
Con esta decisión, Ogier saldrá en el Rallye de Cerdeña con un nuevo propulsor bajo el capó de su Ford Fiesta WRC – cada piloto sólo cuenta con 3 motores, aunque pueden disponer de un motor adicional si envían una justificación de peso a la FIA. El francés y su copiloto Julien Ingrassia tendrán la misión de recuperar el liderato del campeonato que han perdido en Portugal a favor de Thierry Neuville y Nicolas Gilsoul.