En apenas tres semanas, el tiempo transcurrido entre el pasado Rally de Montecarlo y el de Suecia, se ha producido una desbandada en la ‘armada’ de Citröen.
Sin duda, la firma francesa se ha batido en retirada ante la llegada de la batalla escandinava. Así, su numerosa alineación que en la cita alpina contó con seis miembros (Eric Camilli, Nicolas Ciamin, Yoann Bonato, Yohan Rossel, Mads Ostberg y nuestro Pepe López), se ha reducido a uno en el segundo compromiso del Mundial de Rallyes 2020.
Se trata del coche oficial del mencionado Ostberg, quien compite para la estructura PH-Sport. Obviamente el experimentado noruego, que corre durante la mitad de la cita nórdica en su propio país, no podía ausentarse del compromiso 'nacional'. No vano, espera cuajar una gran actuación antes sus paisanos, que podría desembocar en un triunfo.
Otro de los 'ejércitos' que se encuentra en franco retroceso, pero en este caso no solo de un modo circunstancial sino coyuntural, es Volkswagen. El fabricante germano se está diluyendo como un azucarillo con el paso de las carreras.
Su proyecto pierde fuerza dentro de la competición y fuera de ella, puesto que los responsables de Wolksburgo tampoco parecen demasiado interesados en impulsarlo, o ni tan siquiera, en mantenerlo. Por ello, no resulta temerario afirmar que se encuentra en vía muerta.
Como reflejo de la situación, la presencia de los misiles germanos languidece en Suecia hasta situarse en un solo representante. Será el 'llanero solitario' del GTI R5, Johan Kristoffersson, quien mantenga viva la débil llama deportiva de los coches teutones, puesto que en esta ocasión Oliver Solberg ha reemplazado ese modelo alemán por un Skoda Fabia Rally2 Evo.
Mientras, los otros dos pilotos que tomaron la salida en 'El Monte', el francés Nicolas Latil y el suizo Olivier Burri han preferido 'quedarse en su casa' antes que inscribirse en la cita sueca, puesto que las perspectivas no parecían muy halagüeñas.