La nueva normativa para el WRC ya es una realidad. No será hasta 2027 cuando entre en vigor, pero ya se conocen los primeros detalles de un reglamento que busca recuperar el interés de las marcas y los equipos privados tras unos años marcados por los elevados costes y la falta de exposición.
La principal novedad la marca el límite en el coste de producción de las unidades, tasado en 345.000€, reduciendo en más del 50% el valor de los actuales vehículos. Esta reducción se debe a que las bases buscarán emular el sistema de los Rally2, donde la producción y el servicio carreras-cliente marca la hoja de ruta de una clase que ha sido todo un exito para FIA y constructores.
Además de la reducción de costes en los propios vehículos, se buscará reducir los costes operativos de los equipos reduciendo las plantillas y aumentando la conectividad para reducir los costes logísticos. Para conseguirlo, la FIA propone un modelo de ahorro a través de regular el coste de los componente y alargar su vida útil, dejando de lado la opción de una normativa financiera estricta.
Otra de las novedades más destacadas es la libertad en cuanto a la elección de las corrocerías, pues los constructores tendrán como obligatorio la integración de la jaula de seguridad asignada y homologada por FIA. Esto supone un amplio abanico de posibilidades, pues podrán competir a la vez vehículos de distintos segmentos, con carrocerías tipo hatchback, sedanes, SUVs o compactos, llegando incluso a poderse ver algún diseño conceptual o experimental, siguiendo los pasos de lo marcado por la normativa del W2RC.
Esta reglamentación tendrá una vigencia de 10 años, con el objetivo de tener un futuro estable que propicie la entrada de marcas. La base de la normativa se fundamentará en los motores de combustión con combustibles sostenibles, extendiendo la posibilidad a los propulsores híbridos e incluso eléctricos, dejando abiertas varias opciones como en el caso de las carrocerías. La FIA no cierra ninguna puerta. Además, este nuevo reglamento será compartido entre el WRC y el WRX, buscando así la posibilidad de compartir estructura entre ambos campeonatos, gestionados por el mismo promotor.