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Pedro Burgo ha puesto en venta las dos unidades del Porsche 997 GT3 Cup Rallye que su escudería tenía hasta ahora, una de ellas la que utilizaba en el Campeonato de España de Rallyes de Asfalto con el equipo ACSM. De este modo, el Porsche queda erradicado del campeonato con el abandono por parte de sus respectivos dueños en apenas cuatro meses.
La decisión de la Real Federación Española de Automovilismo de limitar la brida de admisión de aire a los Porsche 2008 y 2010 ha provocado una reacción en cadena que comenzó con Miguel Fuster y los hermanos Vallejo. Burgo fue el único que mantuvo el vehículo de Stuttgart en los tramos del nacional, mientras que Iván Ares se decidió a llevar el Ford Fiesta R5 de RMC Motorsport en las dos primeras pruebas del año, Islas Canarias y Adeje.
A finales de abril, y en un periodo de tiempo de apenas veinticuatro horas, tanto Ares como Burgo han puesto a la venta los Porsche – Ares había vuelto a los mandos del suyo para disputar el Campeonato Gallego de Rallyes, donde también ha sido ‘capado’ tras su victoria en Noia. En ambos casos han vendido dos unidades, un 2008 y 2010 en el caso de Ares y un 2011 y 2012 en el caso de Burgo.
De cara a las próximas pruebas del Nacional de Asfalto (Ferrol y Ourense), Burgo tendrá una nueva montura: el Peugeot 208 T16 R5 del equipo ACSM, el mismo que llevaron Bernardo Sousa y Nil Solans durante la pasada temporada en la categoría WRC2 del Campeonato Mundial de Rallyes. Con la amenaza del dominante Mitsubishi Lancer Evolution X R4 de RMC Motorsport y Cristian García, así como Vallejo y su nuevo Citroën DS3 R5, tanto Burgo como ACSM tienen un gran reto entre manos, pasando por el periodo de adaptación.