En muchas ocasiones el Dakar se pone cuesta arriba. Salir retrasado y una mecánica fatigada no hace más que complicar las cosas. Albert Llovera y Alex Haro partían en la duodécima etapa de este Rally, o dicho de otra forma, partían en la penúltima etapa en penúltima posición, tras motos, quads, coches y un gran número de camiones, encontrándose una pista muy rota.
Para colmo de males, los problemas mecánicos tardaron tres kilómetros en aparecer. La bomba hidráulica de los frenos dejó de funcionar, paradójicamente poco después de que Albert explicara para la televisión la importancia de esta bomba, ya que nadie sería capaz de parar un vehículo de estas características con la fuerza de sus manos. Con unos frenos mermados, Albert ha tenido que completar toda la especial cronometrada.
Aunque los mayores problemas han venido hacia el final de la etapa, cuando se han reproducido los problemas de la etapa 11, cuando el coche se quedaba parado tras pasar por zonas húmedas. A falta de solo 15 kilómetros de finalizar, el coche se ha negado a arrancar, por lo que por segundo día consecutivo han tenido que completar el último tramo de especial remolcados por un camión de asistencia rápida.
Este sábado, acaba el Dakar, lo hará tras un tramo cronometrado de 174 kilómetros que Albert y Alex sueñan con completar sin problema, y supondría que el piloto andorrano al final conseguiría su objetivo en el que es su tercer intento.
“Ha sido en el km 3 cuando ha dejado de funcionar los mandos que utilizo para frenar, parece que la bomba hidráulica que asiste al mando del freno ha dejado de funcionar. O sea que en una etapa tan rápida ir sin frenos ha sido un problema importante. Ha sido a falta de 40 km cuando se ha parado por primera vez, hemos podido solucionar a base de utilizar el mismo proceso de secado de ayer, pero a falta de 15 km se ha vuelto a parar y ... hemos tenido que acabar remolcados por la asistencia.”