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Su última aparición sobre el asfalto tuvo lugar en el Cocido, donde la mala fortuna en forma de avería se volvía a encontrar con él. Un prematuro abandono le impedía, ni tan siquiera, disfrutar de uno de sus rallyes favoritos. Varios meses después, Otero buscaba su reencuentro con la tierra, una superficie sobre la que aprendió durante su estancia en la Beka R2 impulsada por RMC.
De esta manera, el Rallye Terra da Auga supuso ser su tercera, y última hasta el momento, aparición en lo que va de 2017. No con el Evo, ya que para la ocasión el rápido piloto gallego apostaba por el Ford Fiesta R2 que el mismo gestiona y habitualmente tiene en alquiler. El piloto del centro de Galicia pretende ahora volver al asfalto y terminar la temporada con buenas sensaciones.
El San Froilán y a Ulloa, si se llega a llevar a cabo, serán sus dos participaciones en lo que resta de temporada. Dos carreras que ya disputó en 2015 y 2016, logrando su mejor resultado el pasado año en Palas de Rei, donde conseguía terminar en el tercer cajón del podio final. Su buen ritmo, pese a la poca actividad deportiva que acostumbra últimamente, le sitúa como uno de los favoritos a rondar la cabeza de la general.