Twitter (Carlos_Arguelle)
Aún sin haber hecho la digestión de la victoria de Sebastién Ogier en Gap, el Rally de Montecarlo vuelve a ponerse en el candelero en su versión para vehículos históricos. Este particular mitin, que congregará a más de tres centenares de equipos salidos de todas las partes del mundo en dirección a la exótica ciudad mediterránea, goza de un gran prestigio tanto por su organización como por las monturas que allí se ven, convirtiéndose en una particular \"Gumball 3000\" para esos vetustos coches tan amados por los aficionados al motor.
Con puntos de salida distribuidos por toda Europa (Glasgow, Oslo, Barcelona, Reims, Estocolmo y el propio Montecarlo), los contendientes realizarán un agrupamiento general en Die, Francia, antes de reemprender su camino hacia Mónaco. De hecho, los vehículos que comenzaban su aventura desde la ciudad condal española ya están en ruta. El RACC, que lleva doce años colaborando con la organización del evento, veía con cuarenta y cinco monturas tomaban la salida protocolaria entre las que destacaba la del dorsal número 1 del Austin Mini Cooper S de Andrew McAlpine (curioso apellido).
También son reseñables la participación de varios pilotos españoles como Antonio Sáiz (hermano de Carlos Sáinz), Joaquín Verdegay o Carlés Miró, destancando entre los foráneos un tal Jean Ragnotti a bordo de un Renault 8 Gordini, Alain Serpaggi, José Lareppe y Joseph Lambert. Como peculiaridad, se debe destacar que únicamente pudieron comenzar este rally de regularidad coches que hubieran corrido en el de velocidad entre los años 1950 y 1980.