Un error de navegación condiciona sus aspiraciones a desbancar de lo más alto de la clasificación a Nasser Al-Attiyah. Pero, sin tiempo para lamentos, Sébastien Loeb ha protagonizado una especial brillante en la reanudación del Rally Dakar con la que, además de recuperar la segunda plaza de la general, se acerca al Toyota GR DKR Hilux T1+ del catarí. Sin embargo, un percance mecánico amenazó con arruinarle la etapa.
El bestial ritmo que imprimía en la cronometrada entre Riyadh y Al Dawadimi fue frenado en los últimos sectores: "Hemos hecho una especial fantástica hasta que, a 50 kilómetros de la meta, hemos tenido problemas con el motor. Nos deteníamos, seguíamos, el coche se paraba… El motor estaba estropeado. Al final hemos perdido mucho tiempo, pero hemos sido los más rápidos, así que tampoco nos vamos a quejar".
El alsaciano es consciente de que no afronta la segunda semana de competición en la posición más favorable. A 44:59 del líder, deberá asumir riesgos para llegar a los días finales incomodando de cerca a su predecesor: "No estamos en una posición de fuerza, no hay muchas preguntas que hacerse. No hay ninguna estrategia posible y nos limitaremos a hacer nuestro trabajo: si ganamos tiempo o lo perdemos, ya se verá".