A finales del año pasado, la FIA anunciaba a bombo y platillo, tanto en su web oficial con sus espacios en redes sociales, el establecimiento de un nuevo marco normativo de cara a 2027. Es decir, el final de los actuales Rally1 que llevan en vigor desde 2022 y tendrían una vigencia de en torno a una década. Y este cambio no es baladí, de manera que hay aspectos que deben grabarse sobre piedra sin mayor demora.
Está claro que, en el momento en el que acabe el actual ciclo de homologación de los Rally1, ya deshibridados, la fórmula no ha resuelto el problema de los World Rally Cars de tercera generación. Siguen siendo coches notablemente caros, con el precio de un paragolpes pudiendo superar, incluso cerca de duplicar, el SMI en España (esto depende de cada fabricante), además de que no han conseguido atraer ni un solo fabricante nuevo desde la marcha de Volkswagen a finales de 2016 y la de Citroën antes de que acabase 2019.
A modo de referencia, los WRC de 2017 eran una evolución técnica de los WRC de segunda generación: los mismos motores 1.6 turboalimentados de gasolina, con una mayor brida de restricción para permitir más potencia, unido a un conjunto aerodinámico mucho más desarrollado que los anteriores. Este reglamento se dio a conocer en verano de 2015, desarrollándose ya en 2016 para poder competir en el Rally de Monte-Carlo de 2017.
En comparación, ¿estos WRC27? De aquella publicación a finales de 2024, la FIA y los fabricantes no han podido concretar nada aún, pese a que se han celebrado varias reuniones entre ambos sin que se haya avanzado nada específico. Después de medio año y cuatro rondas disputadas, la impresión es que parecen estar aún sin nada grabado sobre piedra, pese a que la intención apunta a ser coches de combustión basados en los Rally1 con coste máximo de 345.000 €. Esta limitación de precio, a la hora de desarrollar y homologar un coche, complica aún más las cosas como comenta François Xavier-Demaison en Dirtfish.
Se suponía que antes del verano, se iba a tener una respuesta más clara a esta incertidumbre que cada vez tenemos ante las cabezas del WRC. Ahora la FIA habla de trasladar la publicación hasta el mes de agosto de 2025. Es decir, menos de año y medio para desarrollar una reglamentación diferente (en teoría, los actuales Rally1 serían la base), que requeriría de más tiempo para poder extraer paquetes competitivos y más adelante abrir la puerta a coches híbridos (los que interesan a varios fabricantes de aquí a 2030) y eléctricos. Tic tac. Tic tac…