Ayer dominaba con mano de hierro. Tuvo que intervenir una piedra y pinchar uno de sus neumáticos para que otro piloto accediese al liderato de WRC2. Teemu Suninen sentía cierta frustración por el percance y el tiempo que este le había costado. Sin embargo, terminaría acostándose al frente de la clasificación tras el abandono de Andreas Mikkelsen a las puertas del parque de asistencia. El finlandés recuperó lo que le pertenecía.
En la primera sección del sábado sorprendió el bajón de ritmo del piloto de Hyundai Motorsport. Yohan Rossel se acercaba a su posición a una velocidad vertiginosa. Suninen consiguió restablecer diferencias nada más comenzar la tarde. Su elección de neumáticos explicaba lo sucedido por la mañana. Había decidido montar compuestos usados para así afrontar lo que resta del Rally de Portugal con nuevos. Jugada maestra.
El del Citroën C3 Rally2 no entendía al principio cómo Suninen le había endosado casi 10" en una especial. Todo lo recuperado anteriormente lo perdió en un abrir y cerrar de ojos. Rápidamente comprendió que su predecesor rodaba en otra galaxia. El vigente campeón de WRC3 quiere los puntos tras los errores de Monte-Carlo. La plata la acepta, máxime con el minuto en el que aventaja a Kajetan Kajetanowicz, tercero.
Los infortunios volvieron a cebarse con Jan Solans. El catalán, que ayer había sufrido infinidad de problemas mecánicos en su Citroën C3 Rally2, se vio obligado a abandonar al término del tramo que iniciaba la etapa, el de 'Vieira do Minho'. La rotura de un disco de frenos no le dio otra opción. Este contratiempo le impidió luchar por un puesto en el cuadro de honor de WRC2 Junior, apartado en el que marchaba cuarto.