Los campeones jamás se rinden. Sus impulsos interiores les obligan a luchar contra cualquier adversidad que se les cruce por el camino. Un ejemplo de esa resiliencia lo demostró Sébastien Ogier en el retorno del Safari Rally de Kenia al Campeonato del Mundo. Ni un problema con el amortiguador de su Toyota Yaris WRC le impidió hacerse con la victoria. El francés retorna este fin de semana a África a defender su trono.
"Estoy muy emocionado por volver a Kenia. El año pasado tuvimos una bonita bienvenida y un gran ambiente. Fue algo especial y diferente a lo que estábamos acostumbrados. Ganar fue la guinda del pastel y será genial intentar repetir ese resultado este año con un poco más de conocimiento sobre los tramos", declaró el de Gap en los prolegómenos a la sexta cita de la temporada, la tercera de su programa con Toyota.
El galo espera un evento más difícil que el del 2021 por los nuevos coches: "Ya vimos que este puede ser un rally muy complicado, creo que todos tuvieron problemas en algún punto de la carrera. Nosotros superamos una pérdida de dos minutos y ganamos, así que definitivamente el Safari Rally es una prueba en la que nunca te puedes rendir. Este año, con los coche nuevos, incluso tendremos que ser más listos que en 2021".