La inactividad en el Mundial y sus últimas sensaciones en asfalto conformaron un panorama imprevisible para el piloto más laureado en su vuelta al ruedo. Había reconstruido su confianza con dos intensas jornadas de pruebas a bordo del Ford Puma Rally1, su nuevo compañero de aventuras en el certamen. Le había transmitido positividad el artefacto construido por M-Sport, pero no se atrevía a presagiar un resultado.
La primera pasada por el 'Shakedown', en la que estableció el mejor registro, le hizo espantar definitivamente los fantasmas del pasado. Seguía con ritmo para luchar por las posiciones de honor en el firme. Y vaya si lo tenía. Desde las especiales nocturnas plantó cara a un Sébastien Ogier que terminaría derrotando. "No sabía que esperar. Me sentía bien en los test, ¿pero a qué nivel estaría?", confesaba el alsaciano.
"El nivel del campeonato es muy alto en ocasiones, pero decidimos venir aquí y el resultado es asombroso, mucho más de lo que preveíamos". El nonacampeón iguala con su triunfo el récord de victorias de su tocayo en Monte-Carlo en un fin de semana en el que también estrenó copiloto: "Isabelle lo ha hecho muy bien. Estaba en el ritmo perfecto. Hay muchas cosas de las que estar pendiente y las ha hecho todas realmente bien".