Uno de los principales objetivos de los WRC27, los sucesores de los Rally1, es precisamente no ser tan exclusivos como los Rally1. Es decir, no diseñarse sólo para que lo usen los equipos oficiales en pruebas del Mundial de Rallies (mismo problema que acabaron teniendo los World Rally Cars de tercera generación, en su gran mayoría), sino también equipos privados o filiales tanto en el Europeo de Rallies o en campeonatos nacionales.
La FIA está trabajando, en cierto sentido, para volver a lo que teníamos a finales de los noventa: cuando los World Rally Cars de 1º generación (así como los Grupo A de años anteriores, en particular los A8 de los que derivaban aquellos World Rally Cars) competían entre ellos, sumando los oficiales, privados y semi-oficiales de parte de filiales de marcas en el país al que fueran. Esto es algo que se diluyó con la 2º generación y prácticamente se perdió con la escalada de costes de la 3º.
No solo se quiere recuperar esto, sino que se quiere recuperar el hecho de que veamos coches de la misma especificación que los coches del WRC corriendo en campeonatos nacionales. Algo similar a lo que vimos cuando Chus Puras ganó el Nacional de Asfalto (CERA) en 2002 con el Citroën Xsara WRC oficial junto a Piedrafita Sport o cuando WRC como los Ford Focus WRC ex oficiales o Toyota Corolla WRC se veían en el Nacional de Tierra (CERT).
"La nueva normativa es para el Mundial de Rallies y el Europeo de Rallies, pero también para campeonatos nacionales. Esto es muy importante dado que el modelo de negocio para equipos privados tiene que ser como el que es a día de hoy con los Rally2, diría yo. No es un coche dedicado en exclusiva al Mundial de Rallies - es un coche para el WRC pero también para eventos nacionales. Si queremos tener 20 coches en la categoría principal del campeonato mundial, tenemos que aceptar que vengan coches de campeonatos nacionales en algunos eventos", declaró el director técnico de la FIA Xavier Mestelan Pinon, tal como recoge DirtFish.
La cuestión está, sobre todo, en el coste: los Rally2 funcionan dentro de su precio e intencionalidad, que en la actualidad rondan los 200.000 € - a lo que hay que sumarle la preparación y repuestos, lo cual perfectamente puede irse a 300.000 € para que el coche esté listo para verificarse en una prueba FIA. El objetivo de la FIA es que el WRC27 cueste unos 345.000 € - ahora bien, la cuestión es si esto es realmente alcanzable y no como el caso de los Rally1, cuyo coste real podía superar, con el sistema híbrido utilizado hasta 2024, el millón y medio de euros.
"Creemos que hay una oportunidad para un coche pináculo incluso dentro del reglamento 2027. El coste de competir en un evento del ERC es bastante menos que en pruebas del WRC. Vemos que hay mercado en Europa como para tener dos campeonatos incluso si los coches son similares", declaró Simon Larkin, director de eventos del WRC.
"Y desde el punto de vista de eventos, tenemos el ERC como banco de pruebas. Además de tener cuatro suministradores de neumáticos en el ERC, tenemos varias marcas involucradas y nos sirve como trampolín en los eventos. Se ve en los últimos años con Polonia, Letonia o este año en Canarias, seguirá siendo un caldo de cultivo para dar el salto al mundial, a WRC2 o como se llamen las categorías en el futuro", añadió Larkin.