Thierry Neuville ha terminado en primer lugar la primera etapa del Rallye de Portugal, seguido por Elfyn Evans y un Dani Sordo que mientras le aguantaron los neumáticos estuvo al frente del rallye – una etapa con muchos abandonos, entre ellos el de Sébastien Ogier, Jari-Matti Latvala, Ott Tänak, Hayden Paddon y Andreas Mikkelsen. No obstante el centro de las miradas lo ha acapado Kris Meeke con dos pasadas por el tramo urbano de Oporto a tres ruedas.
La tarde se presentaba con tramos gastados por las primeras pasadas, con condiciones difíciles en las que había que tener mucho cuidado. Toda precaución es poca y Ogier lo descubrió de la peor de las maneras: tuvo un golpe en una curva, dañó su Ford Fiesta WRC y en una curva de derechas se deslizó sin control hacia una arboleda, quedándose sin posibilidad de seguir.
Muchos pilotos, como Neuville o Sordo, optaron por unos blandos que se desgastaban bastante ya que en los tramos calentaba el sol con mucha más fuerza que en el service (donde estaba nublado durante el reagrupamiento). Meeke, en cambio, fue a por duros y en este TC-5 marcó el scratch, colocándose al mismo tiempo en cabeza de carrera por delante de Sordo, Paddon y Mikkelsen.
Para el TC-6, segunda pasada por Caminha, los problemas se multiplicaron: primero Mikkelsen se quedó sin dirección asistida en su Hyundai por delante de un Sordo que aguantaba con una llanta rota, pero sin perder ritmo (apenas unos segundos frente a Neuville). Meeke, por su parte, llegaba con un neumático no destrozado, sino en la llanta, cediendo la posición frente al español. El liderato recayó en manos de Paddon por delante de Sordo, Breen, Neuville y Meeke a solo 11 segundos.
Al final del pelotón de World Rally Cars también había drama pues Mads Ostberg terminaba el tramo con un fuerte olor a quemado en su Citroën C3 WRC, aunque sin una causa que se viese con claridad. Mikkelsen y su copiloto Anders Jaeger estuvieron varios minutos en el enlace tratando de arreglar el coche, demorándose con respecto al horario que les tocaba antes de afrontar la segunda pasada por Ponte de Lima – eso sí, entraron en el tramo con la dirección reparada.
Sordo seguía adelante en Ponte de Lima 2, pero la decisión de llevar cinco blandos resultó no ser acertada cuando, con las gomas gastadas, perdió medio minuto frente a Neuville. Por detrás había más drama todavía ya que Paddon y Breen se quedaban parados en los primeros kilómetros – en el caso del irlandés fue por un pinchazo, cediendo casi dos minutos y medios, pero el neozelandés había arrancado la rueda delantera derecha, quedándose de inmediato sin posibilidad de pelear por la victoria. Por si no fuera poco, Mikkelsen también se veía obligado a abandonar tras manifestarse más problemas en su Hyundai.
Tras todo este caos Neuville era líder por delante de Evans, Meeke, Sordo, Lappi y Breen – tal era la barbarie que eran los únicos pilotos del frente que seguían en pie. No obstante, el espectáculo estaba lejos de acabar. Meeke, mostrando una valentía al nivel de su mentor Colin McRae, salió al tramo espectáculo de Oporto con la rueda trasera izquierda sin neumático. Perdió tiempo, pero marcó unos de los momentos de toda la temporada.
Al final de la jornada – incluyendo una segunda pasada por el tramo urbano con un nuevo espectáculo de Meeke – Neuville lideraba por delante de Evans y Sordo, que pese a todo lograba acabar en posiciones de podio por delante de Suninen, Lappi, Ostberg y Meeke. Detrás se situaban los primeros clasificados en WRC2: Gus Greensmith, Lukas Pieniazek y Stéphane Lefebvre en el Citroën C3 R5, siendo en efecto el primer rallye del coche en tierra.