Un duelo tan igualado como el de los Sébastien por la victoria absoluta. El estreno de la nueva WRC3 disfrutó de una batalla entre dos pilotos que ya presentan su candidatura al título en la división de bronce. Sami Pajari y Jan Cerný demostraron el potencial de los Ford Fiesta Rally3 en una de las pruebas más complicadas del calendario, un Rallye de Monte-Carlo en el que la tracción a las cuatro ruedas supone una gran ayuda.
El joven finlandés y el experimentado checo partieron a las cuatro especiales domicales con un margen de seguridad entre ellos, en esta ocasión favorable a Pajari. Identificando todavía las fortalezas y debilidades del vehículo construido por M-Sport Poland, el campeón en título de WRC Junior se anotó los dos primeros scratchs de la etapa decisiva, afianzándose por delante de un rival que le daría un susto en el Power Stage.
Cerný se resignaba a aceptar la medalla de plata después de haber comandado la clasificación general durante más de dos días, y en la cronometrada final arriesgó su segunda posición. La jugada casi se resuelve a su favor, pero los 26.8" que endosó a Pajari resultaron insuficiente para doblegarle en la tabla. El italiano Enrico Brazzoli les acompañó en el cuadro de honor a los mandos de otra unidad Ford Fiesta Rally3.