La fórmula del éxito en el Safari Rally de Kenia está escrita en japonés. Las marcas del país del sol naciente dominan el palmarés de la prueba más exigente del planeta. Con la victoria cosechada por Toyota el pasado fin de semana el contador ya marcha por cuarenta y una. Entre el resto de fabricantes que han logrado imponerse en la carismática prueba africana apenas suman veintiocho. Los números hablan por sí solos.
El ránking lo encabeza Mitsubishi con diecinueve presencias en el peldaño más alto del podio. Los de los tres diamantes se convirtieron en los favoritos de los pilotos locales durente los años en los que la prueba no fue valedera para el Mundial. Catorce de esas primeras posiciones las lograron en ese periodo. En las temporadas en las que la ronda keniata sí ha puntuado para el máximo certamen Toyota toma la delantera con una decena.
En el ilustre listado de vencedores de esta firma figura el español Carlos Sainz, que se impuso en la edición de 1992 a los mandos de un Celica Turbo 4WD. Nissan y Subaru completan el cuarteto de constructores nipones que han saboreado el éxito en el evento de resistencia por excelencia. Entre ellas solo se cuelan Ford y Peugeot. Los estadounidenses han descorchado el champán en ocho ocasiones, dos más que los franceses.