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Citroën Racing ha dado una sorpresa al alinear una tercera unidad del C3 WRC para el último rallye de la temporada, el Rallye de Australia, que será para Mads Ostberg y su copiloto Torstein Eriksen. La marca de Versalles ha decidido acabar el año de su centenario por todo lo alto, teniendo aún opciones de pelear por el título de constructores a falta de dos carreras para el final de la temporada.
Durante todo el año Citroën se ha mantenido firme con solo dos unidades del coche para Sébastien Ogier/Julien Ingrassia y Esapekka Lappi/Janne Ferm, lo que ha limitado sus opciones en el título de constructores frente a equipos como Hyundai y Toyota, que han alineado al menos tres coches en cada prueba. Esto se debía a que se querían centrar todos los esfuerzos en darle todas las herramientas posibles a Ogier de cara a conseguir el título con la marca (lográndolo así con un tercer fabricante tras hacerlo con Volkswagen y M-Sport) en el año del centenario de la misma.
Por su parte, Ostberg – que regresó a la órbita de Citroën el año pasado tras ser oficial en 2014 y 2015, formando parte del equipo de modo regular tras el despido de Kris Meeke – se quedó sin sitio para este año, teniendo que competir en la categoría WRC2 Pro con un Citroën C3 R5 gestionado por DG Sport. En Gales sus opciones a ser campeón de la categoría se esfumaron debido a una fuga de aceite en la primera etapa, habiendo liderado el apartado en la primera mitad del año.
Ostberg correrá con el dorsal número 2, que hasta ahora estaba sin utilizar por ninguno de los pilotos habituales del Mundial de Rallyes. Otro dorsal que se verá por primera vez es el número 20 que llevará Hayden Paddon, volviendo a correr en un World Rally Car tras su intento frustrado en Finlandia, llevando en esta ocasión uno de los Ford Fiesta WRC oficiales de M-Sport.