El hecho de que tengamos hasta 4 marcas presentes compitiendo con sus respectivas máquinas Rally2 en España es algo que se celebra - más en tiempos tan complicados como los que se están viviendo en la industria europea en estos años. Unos coches protagonistas del Supercampeonato de España de Rallies, así como de los campeonatos de España de rallies tanto de tierra como de asfalto, incluso de prácticamente todos los regionales.
Ahora bien, no todo son Rally2 en el S-CER. De hecho, muchas veces la 'chicha' la dan los que vienen atrás. Los de coches más modestos, los que van peleando en igualdad de condiciones. Sí, nos referimos a las copas monomarca, desde las más modestas hasta los de coches de grandes prestaciones, las que siempre han resultado ser una base esencial para los rallies en España - ya sea como escuela de aprendizaje, como manera económica de correr o para darle salud a las listas de inscritos.

Llámese Dacia (Sandero Eco Cup concretamente), Renault (Clio Trophy Spain), Peugeot (Desafío Peugeot y Peugeot Rally Cup Ibérica), Hyundai (Copa i20 N Rallyes) o Toyota (GR Yaris Cup y Copa Kobe Motor), además de la nueva PAST Rally3 Trophy Iberia o las de fabricantes de neumáticos, caso de las organizadas por Kumho en el CERT o Pirelli en Galicia. Todas ellas, tanto en asfalto como en tierra, aportan su granito de arena a una disciplina cada vez más difícil de mantener en tiempos que corren.
Porque, en efecto, cada vez es más difícil: ya sea por cuestiones de permisos y restricciones medioambientales, por los cada vez más prohibitivos precios de los coches de los que se parte o, precisamente, por unos coches cada vez menos apropiados para la competición. La propia situación de la industria tampoco ayuda, centrada en obedecer a los parámetros de la normativa CAFE entre 2025-2027.

Los rallies, sea en España o en cualquier lugar, necesitan de copas monomarca. Han creado época en cada sitio, pues es prácticamente imposible concebir la historia del propio CERA sin el Desafío Peugeot, incluso sin la Talbot que le precedía, o las copas monomarca de Renault (lo mismo puede decirse de la marca del rombo en circuitos). Ya sea con coches de Grupo N, Grupo A, Rally5, Rally4, Rally3... son necesarias.
Un sabio de las carreras comentó una vez a Revista Scratch: "En España deberíamos correr con coches de 5.000 euros". Señalando, como ejemplo, a los Peugeot utilizados años atrás tanto en el Volant RACC como en el VolanFAPA. Incluso en la situación del mercado actual, seguiría teniendo toda la razón del mundo, y no necesariamente por la situación económica en España en relación a otros países europeos.

Por tanto, si desaparecieran (recordemos que hay copas que se firman un número determinado de años y pueden renovarse o no), sería una auténtica pena. Algunas se irán, algunas se transformarán, ya sea por cambios de marca dentro de un mismo grupo o por cambio de modelo, caso de la Copa Kobe con el paso del pequeño Aygo de 2º generación al Yaris Rally5-Kit.
Pero que no quepa duda: necesitamos todas ellas, necesitamos iniciativas como la Beka Junior o aquella Beca RMC de la pasada década, más copas bien concebidas como la inolvidable Copa Suzuki. Y es que los coches modestos siguen siendo, y mucho, parte de la esencia de los rallies, los que han permitido poder compartir tramos en el WRC en algunas ocasiones.