El mundo del automovilismo se encuentra de luto tras la triste noticia del fallecimiento de Salva Belzunces. Nos deja uno de los copilotos más queridos y respetados dentro del mundo de los rallyes. La comunidad asturiana y toda la afición al automovilismo en España han perdido a una figura esencial, cuya pasión por el deporte y dedicación quedarán para siempre en el recuerdo de quienes tuvieron la suerte de compartir momentos con él.
Salva Belzunces fue mucho más que un copiloto: fue un compañero de viaje para el automovilismo español, un guía para los más jóvenes y un verdadero amigo para los pilotos con los que formó equipo a lo largo de su carrera. Salva destacó no solo por su destreza y profesionalismo, sino por su humanidad y cercanía, cualidades que lo hacían especialmente querido por todos.
A lo largo de su carrera, Belzunces compartió coche con numerosos pilotos, y siempre se destacó por su capacidad de adaptación y su inquebrantable apoyo. Su compromiso con el deporte fue ejemplar. Su destreza al leer los tramos, su conocimiento exhaustivo de las carreteras españolas y su calma en los momentos de presión lo convirtieron en un copiloto excepcional.
Con su fallecimiento, el mundo de los rallyes pierde a un profesional incansable y a un ser humano irreemplazable. En su trayectoria, que marcó grandes hitos y fue testigo de momentos de emoción y victorias, Salva siempre mostró una pasión desbordante por el deporte, que trascendió las competiciones y dejó una marca indeleble en el corazón de todos los que lo conocieron.
Desde este Revista Scratch, queremos enviar un fuerte abrazo y nuestras más sinceras condolencias a su familia, amigos y a todos los que compartieron con él esta pasión por el motor. Sabemos que su legado vivirá en cada curva, en cada tramo cronometrado, y en la memoria de todos aquellos que fueron tocados por su bondad y profesionalismo.
Descanse en paz, Salva Belzunces. Siempre estarás en nuestros corazones.