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Montecarlo, como Suecia o como Finlandia, es un rallye peculiar. Prima, sobre todo, la experiencia pasada por encima de la ardiente y atrevida juventud. Y también incluso de la potencia. Lo de este fin de semana no es una excepción o algo que nos suene a nuevo. Delecour lleva haciendo uso de su valioso bagaje de vivencias en los rallyes desde hace mucho tiempo. Le hemos visto, en el pasado reciente, ganar en el Rallye Legend de 2010, pelear por el podio hasta el último suspiro en el Montecarlo de 2011 (puntuable en aquella edición para el IRC) o de ganar tres campeonatos de Rumanía seguidos. Lo de este fin de semana no es nuevo pero sí es la primera vez que tenía que medir sus fuerzas contra los nuevos R5.
Ya, bajo la noche monegasca, avisó que este rally no iba a ser un paseo para él. Terminaba la segunda especial y el día en cuarta posición por delante de una maraña de R5. El rally se fue complicando y las condiciones no invitaban a tomar demasiados riesgos. Los primeros rivales comenzaban a caer y los pilotos más rápidos comenzaban a hacer uso de sus máquinas para hacerse paso entre la nieve y el hielo. Delecour caía a la octava plaza al final del segundo día de competición, luchando a brazo partido con José Antonio Suárez.
El arranque del tercer día no iba a ser muy positivo. "Lo estaba haciendo bien, adelanté tres coches en el tramo cuando caí en una curva muy delicada a 40km/h aproximadamente. Perdí dos minutos mientras que los espectadores intentaban devolvernos a pista." Como consecuencia su Peugeot 207 S2000 se quedó sin dirección asistida. Este no iba a ser ni muchos menos el final del francés que, en la siguiente especial, adelantaba a Ricardo Triviño en mitad del tramo. "No sé por qué me dejaron salir en esa posición. Ya en el tramo anterior adelanté tres coches...". El señor de 53 años no sólo había luchado contra la dirección durante 17 kilómetros sino que, además, seguía pasando coches más lentos que él.
Finalmente la dirección asistida, unida a una ausencia de turbo, hizo que el ex-subcampeón del mundo terminara cayendo a la novena plaza de los RC2, aunque en la general ascendiera hasta ser décimo quinto. Con un coche menos potente que los R5 conseguía quedar a sólo nueve segundos de Yoann Bonato, subcampeón de Francia, y le ganaba la partida a pilotos como Simone Tempestini o Jean-Michel Raoux, también experimentados en esta superficie. Delecour ha vuelto a demostrar que la edad no es más que un número que sólo brinda experiencia.
Recientemente, en su cuenta de Facebook, ha anunciado que tiene intenciones de subirse en un WRC para el Tour de Corse.