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Si hay una prueba a la que cualquier aficionado debería acudir para disfrutar del espíritu y los años gloriosos de las cunetas, ese es el Rallye Festival de Transmiera. Da igual si se vive cerca o lejos de Solares, la sede neurálgica de la cita, o la edad que se tenga. La organización del rallye consigue la machada de convertir su particular festival de vehículos históricos en la referencia de pruebas de clásicos a nivel nacional... Incluso de aquellas que se disputan con monturas actuales.
Aparte de disfrutar, el Trasmiera también nos ha hecho pensar. ¿Por qué los aficionados al deporte que nos ocupa copaban las carreteras hasta un nivel que no se ha visto en algunos rallyes de los Campeonatos de España de Asfalto y Tierra? ¿Por qué había la friolera de más de 90 inscritos cuando en algunas citas del Nacional de Históricos no se supera en el apartado de velocidad la treintena? Algo falla...
De todos modos, y volviendo a lo meramente deportivo, el Trasmiera ha sido una delicia. Muchos de los pilotos no venían simplemente de paseo, y apretaban al máximo sus monturas para dar todo el espectáculo que estaba en sus manos. Tal era el caso de un Ferrán Font que hacía acto de presencia con un Ford Escort Mk.II \"ex Ari Vatanen\", de un sublime Pablo López con idéntica montura o de un Lolo García cada vez más adaptado al Ford Sierra Cosworth. Y todo eso sin contar a los Grupo B como los Lancia 037, Ford RS 200, Peugeot 205 T16... La afición se lo agradecía, gritando con los puños al aire con la rabia de haberse guardado durante años la voz por no haber sentido la necesidad de usarla en una carrera, pero que ahora afloraba como lo hacía en los 70, 80 y 90...
Una cita que jamás se debe perder nadie, y que este humilde \"plumilla\" ha marcado en su calendario de por vida. Gracias a la organización por haber puesto a disposición del respetable esta clase magistral de historia automovilística...