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Ha sido larga la espera pero finalmente volveremos a ver a Bob de Jong en Bélgica. El flamante piloto holandés dedicó la temporada 2015 en exclusiva al nacional de su país, cosa que no hacía desde 2010, su primer año de competición. Bélgica siempre le ha conocido como un piloto ligado a Mitsubishi, al igual que Holanda o Alemania. Con su Mitsubishi Lancer 05 WRC, adquirido en 2012, ganó cinco pruebas en tres temporadas y su nombre, gracias a ello y a su espectacular conducción, comenzó a volar por todos lados.
Pero su idilio con el que siempre será su coche más importante duró hasta hace un año. Antes del comienzo de la pasada temporada lo vendía al experimentado Chris van Woensel, antagonista en la historia de ese coche. De siete rallyes sólo acabó uno, el Rallysprint de Aarova, que ganó.
De Jong adquirió poco después un Citroën DS3 R5 con el que ha ido de menos a más. Lo estrenó en el ELE Rally, donde acabó séptimo de la general. Posteriormente tuvo que lamentar dos abandonos para, después, terminar el año con un octavo puesto en el Golden Trade Club Rally y un tercer puesto en el Conrad Eugene Rally.
Ahora, tras un periodo de adaptación, volverá a Bélgica con un programa casi completo. "Aparte del Sezoensrally y del Ypres Rally están todas las pruebas del nacional belga, comenzando con Haspengouw. Voy a inscribirme en el campeonato, donde la pelea tendrá un nivel especialmente alto. No me hago ilusiones contra Freddy Loix o Kris Princen, que tienen mucha más experiencia. Siento curiosidad por ver qué sensaciones tendré con el DS3 R5 a finales del año" comentaba De Jong.