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Mikko Hirvonen, recientemente retirado del mundo de los rallyes, se ha animado a probar un coche algo distinto a lo que estaba acostumbrado: un Fórmula 1. El modelo es un Williams de 2006 y lo ha probado en el circuito estonio de Parnü.
"Me sentí increíble, era muy fácil de manejar aunque hasta las diez vueltas no fui capaz de sacarle todo el partido que podía. Supongo que es como un coche de rally, pero hasta que no das el máximo no notas el beneficio de la carga aerodinámica y de los frenos. Ahí es donde resulta ser un mundo totalmente diferente. Fue muy diferente a un WRC. Para empezar, te sientas muy abajo. Y luego está el motor. Siempre está en marcha. Aunque vayas en séptima no deja de acelerar. Me tomé un tiempo para acostumbrarme al manejo, especialmente porque estaba acostumbrado al balanceo y a tener que encontrar todo el rato el agarre. Físicamente es más cansado que un coche de rally, sientes la fuerza de la gravedad en tu cuello mucho más."
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