Hay una tradición que casi nunca falla en el Campeonato del Mundo de Rallyes. Desde hace ya 10 años nos hemos acostumbrado a que en cada mes de enero veamos a un francés en lo más alto del podium del Rally Monte-Carlo y solo en el 2020 Thierry Neuville rompió ese mantra. Ahora, Sébastien Ogier, mantiene viva esa tradición.
El piloto de Toyota fue el claro dominador de la prueba desde la jornada del jueves, con un ritmo espectacular que le dejó sin casi oposición, más allá de un Elfyn Evans que empezaría el viernes pinchando y diciendo adiós a sus opciones mantener el pulso a Ogier.
Solo en la noche del sábado se podía ver que, tímidamente, alguien podía inquitarle. Fue Kalle Rovanperä quien, con un auténtico ritmazo en el tramo nocturno, recortó casi 10 segundos al francés y mantenía una mínima esperanza de batalla para el domingo. Solo 16 segundos les separaban pero Ogier, que no asumía riesgos, lo tenía todo bajo control.
Ya en la última etapa del rally, la del domingo, el piloto de Toyota lograba gestionar sin ningún tipo de problema la ventaja y tampoco Rovanperä se volvía loco, sabiendo que el francés no seguirá todo el campeonato y él sí. Los puntos cobraban más importancia que la victoria, y todo quedaba visto para sentencia con el scratch de Ogier en el penúltimo tramo. Sébastien batía a Takamoto Katsuta, que se quedaba con la miel en los labios ante un posible scratch, y podía ir al Power Stage casi de paseo.
En esa última especial el piloto francés no arriesgaba nada, iba tranquilo para evitar pinchazos y lograba el quinto mejor tiempo de la Powe Stage, anotándose un punto para la general del WRC de la que es ahora mismo líder. En esa Power el más rápido era Kalle Rovanperä, que suma cinco puntos importantes, con Tänak, Evans y Neuville detrás.
Clasificación del rally y online de la prueba.