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La historia, a veces, es caprichosa y en esta ocasión ha vuelto a unir en una misma pelea a dos viejos conocidos del WRC que, en su día, protagonizaron hermosas batallas. Dos pilotos, uno francés y otro finés, que han pasado, sin duda, a los anales del Campeonato del Mundo de Rallyes y que ahora se vuelven a batir en la carrera más exigente y dura del mundo del automovilismo, el Dakar. Ambos forman una dupla que rezuma rivalidad y que está integrada por los apellidos Loeb e Hirvonen.
Sebastien Loeb compitió por primera vez a nivel internacional en 1999. El francés corrió el Rally de Cataluña a lomos de un Citroën Saxo Kit Car y el resultado obtenido fue el abandono. Esa misma temporada y con la misma montura corrió el Rally de Córcega, donde obtuvo el décimo noveno puesto, y el Rally de San Remo, donde fue 21º. Mikko Hirvonen, por su parte, debutó en el WRC en 2002 a bordo de un Renault Clio S1600 y lo hizo en el rally de casa, en Finlandia, quedando en el puesto 21º de la clasificación general. Ese mismo año también participó en el Rally de San Remo, donde tuvo que abandonar.
Tras varias temporadas adaptándose a la categoría, Loeb consigue por primera vez el título del WRC en 2004, periodo en el que inicia su particular legado en el mundo de los rallyes y que dará por finalizado en 2012, año en el que claudica. Hirvonen, desde su debut, estuvo realizando algunos programas parciales con Ford y Subaru (también corrió con Skoda el Rally de Japón de 2005) hasta 2006, cuando la estructura del Ford World Rally Team le ofrece correr una campaña completa con el Ford Focus RS WRC. Desde ese momento el finlandés comienza a batirse, de tú a tú, con Loeb y a protagonizar un constante “quiero y no puedo”.
Cuatro han sido las veces en las que Hirvonen ha conseguido ser subcampeón del WRC, siempre por detrás de Sebastien Loeb (2008, 2009, 2011 y 2012). Entre todas las batallas épicas que han protagonizado, el piloto de Ford recordará especialmente el año 2009 en el que sólo dos puntos lo separaron del cetro mundial. Ahora, el equipo alemán X-Raid le ha dado la oportunidad de sacarse esa “espinita”, poniendo a su servicio un Mini All4 Racing y enrolándolo en su estructura para disputar la presente edición del Dakar. Pero, hasta el momento, no ha sido capaz de “toserle” a Loeb, que lidera la prueba sudamericana y que corre con el Peugeot 2008 DKR 16 de Peugeot Sport. Una diferencia de cinco minutos y cincuenta y dos segundos los separan en la general, pero aún queda mucha tela que cortar, sobretodo en las etapas de navegación, para las que el finés cuenta con la baza de tener a su derecha a un copiloto experimentado en este tipo de competiciones como Michel Perin.
El 16 de enero se conocerá, si la mecánica lo respeta, el resultado de esta nueva pugna “rallyera”. De momento, ambos pilotos son los líderes de sus respectivos equipos en la clasificación general.