La jornada de descanso del Dakar 2025 trae consigo una noticia inesperada para Eduard Pons y Jaume Betriu. El equipo Pons Rallysport se ve obligado a abandonar la competición debido a una fisura detectada en una barra del arco de seguridad del Taurus T3 Max de la estructura Nasser Racing, provocada tras un pequeño vuelco en la quinta etapa. Este contratiempo pone punto final a un Dakar marcado por los altibajos, en el que Pons y Betriu han demostrado su capacidad de superación ante las Múltiples adversidades que se les han presentado.
El incidente que ha llevado al abandono al piloto ilerdense tuvo lugar en la etapa de ayer, la segunda parte de la maratón. Mientras avanzaba a un camión alrededor del kilómetro 330, en medio del polvo, la oscuridad de la noche y la falta de luces en su vehículo, no vio una zanja y sufrió un vuelco a poca velocidad. Aunque en un primer momento parecía que no había daños graves, una revisión exhaustiva realizada por los mecánicos durante esta noche ha revelado una fisura estructural en el chasis, lo que le imposibilita continuar por motivos de seguridad.
“ Es un mensaje que nunca me hubiera gustado tener que dar, pero la dura realidad es que estamos fuera del Dakar. La etapa de ayer fue un auténtico infierno. Tras los problemas de dirección que sufrimos e invertir más de tres horas intentando repararlos, tuvimos que completar la especial de noche y sin luces. Fue en esas condiciones cuando adelantamos un camión en medio del polvo. Teníamos espacio, pero no vimos un agujero en el terreno, el coche se trabó y volcamos hacia delante. Fue un vuelco leve, a baja velocidad y caímos de pie, lo que nos permitió seguir sin mayores complicaciones y sin imaginar que el chasis pudiera haberse dañado. Sin embargo, durante la noche, los mecánicos han detectado una fisura en una barra que nos obliga a abandonar la carrera ”, explica el piloto de Lleida.
El rally había comenzado con grandes expectativas para el equipo catalán tras un 2024 brillante, en el que Pons se proclamó Campeón del Mundo FIA de Bajas en la categoría Challenger y finalizó tercero absoluto en la clasificación general. Sin embargo, las dificultades no tardaron en aparecer. Los problemas mecánicos en las primeras etapas, incluidos fallos en el turbo, la dirección y los frenos, además de varios pinchazos, condicionaron el rendimiento del equipo. A estos desafíos técnicos se sumó el hecho de que tanto piloto como copiloto tuvieron que lidiar con una queja en los primeros días, lo que complicó aún más su difícil inicio.
A pesar de estas adversidades, Pons y Betriu demostraron su velocidad y lucharon por el tercer puesto en la primera parte de la etapa maratón, aunque dos pinchazos les retrasaron a una igualmente meritoria séptima posición de su categoría. Sin asistencia en el vivac, el equipo tuvo que enfrentarse, con sus propios medios, a los problemas; repararon los neumáticos y salieron a la quinta etapa con un excelente ritmo, hasta que una avería en la dirección les hizo ceder más de tres horas. Para más inri, el vuelco sufrido más adelante, que en principio no parecía grave, terminó por truncar inesperadamente su participación.
“ Este es el final de un Dakar que no nos ha puesto las cosas nada fáciles. Ahora mismo tengo una sensación de frustración muy grande. Solo hemos disputado una etapa con el coche en plenas condiciones, y allí demostramos que teníamos ritmo para estar entre los primeros Challenger. Es una lástima terminar así, pero los problemas técnicos han sido determinantes en este abandono. Pese a esto, nos vamos con la experiencia y la madurez reforzadas, y con ganas de darlo todo en los próximos desafíos ”, asegura.
El abandono de la prueba supone un duro revés para Pons, que había llegado al Dakar con la ambición de pelear por un puesto entre los primeros en la categoría Challenger, un sueño alcanzable si la mecánica le hubiera respetado. A pesar de no poder continuar, Eduard Pons y Jaume Betriu se marchan de Arabia Saudí con un gran aprendizaje y la sensación de que, por su parte, lo han dado todo en una carrera que, si ya de por sí es la más dura del mundo, tener que lidiar con múltiples problemas técnicos la convierten en toda una odisea.