Finalizar el Rally Dakar es un logro. Hacerlo en el podio, todavía más. En su séptima participación en el raid más exigente del planeta al fin lo ha logrado, dejando atrás los excesos de fogosidad que le condicionaron en anteriores ediciones. De veinticinco pinchazos el pasado invierno, a una medalle de bronce en el presente. Las decepciones han dirigido por la senda correcta al ídolo saudí, que comparte su felicidad con los suyos.
Yazeed Al Rajhi cumple en casa uno de sus metas deportivas. Pero no solo termina satisfecho por ello: "Estoy muy contento y quisiera dar las gracias a los que me acompañan: a mi equipo, a los mecánicos, a Jean-Marc Fortin, pero también a los organizadores que han hecho un gran trabajo. Consigo subir al podio, pero lo más importante es que todos los competidores han podido disfrutar de la carrera en Arabia Saudí".
Que un evento de estas características se desarrolle en tu propio país es un auténtico privilegio que reconoce el de Overdrive Toyota. Esa condición de piloto local añade un matiz emocional a su tercera posición, resultado que disfrutó en meta con sus compatriotas: "Estoy también muy contento por los espectadores que han podido vernos y, por supuesto, también por este primer podio. ¡Si Dios quiere, ya no nos bajaremos de él!"