Muy pocas conclusiones podrán extraer los equipos tras concluir el 'Shakedown' del RallyRACC Catalunya-Costa Daurada. La aparición de la lluvia trastocó los planes que cada formación había trazado para el tramo de pruebas. Los únicos que no modificaron su estrategia fueron los cuatro pilotos de Toyota, que montaron el compuesto adecuado para las condiciones. En las carpas de Hyundai y M-Sport pensaron de forma diferente.
Con el neumático blando en los cuatro costados de su GR Yaris Rally1, Sébastien Ogier estableció el mejor registro en los 4.21 kilómetros de 'Coll de la Teixeta'. El francés completó la especial de entrenos en tres ocasiones, las que necesitó para recuperar sensaciones con el asfalto. La última vez que el ocho veces campeón del mundo compitió en la superficie fue a mediados del mes de enero en el Rallye de Monte-Carlo.
Takamoto Katsuta firmó un doblete para los nipones. El de Nagoya cedió nueve décimas con su compañero y superó en tres al Ford Puma Rally1 de Pierre-Louis Loubet. El joven galo había comenzado la sesión con ruedas duras, pero regresó a Salou para probar con la goma más propicia. Ese cambio motivó una rebaja de casi veinte segundos en sus tiempos. Kalle Rovanperä y Elfyn Evans cerraron el top cinco con sus Toyota.
Gus Greensmith realizó un movimiento similar al de Loubet y logró alcanzar la sexta posición. Un prudente Adrien Fourmaux le siguió en la tabla. Entre estos todopoderosos vehículos Rally1 lograron intercalarse los españoles Pepe López y Alejandro Cachón. El madrileño marcó el ritmo en la división de plata con su Hyundai i20 N Rally2, vehículo que situó en el octavo puesto absoluto. El asturiano, por su parte, finalizó décimo.
El i20 N Rally1 más rápido, el dirigido por Ott Tänak, terminó en un escasamente representativo undécimo puesto. Los de Julien Moncet sacrificaron la jornada del jueves al apostar por el calzado menos competitivo. Sin embargo, esa decisión les permitirá disponer, tanto al estonio como a Thierry Neuville y Dani Sordo, de un juego extra de duros para el fin de semana. El español acabó duodécimo, a tres décimas de su antecesor.