El Rally Europa Central ha terminado antes de lo esperado para Seb Ogier y Vincent Landais. La dupla española mantenía un duelo a la décima por el liderato con Kalle Rovanperä y Jonne Halttunen cuando una salida de carretera en el TC-10 les apartaba de la carrera.
La dupla francesa no pudo hacer nada, saliéndose contra un talud y parando en seco contra un árbol que les dió la vuelta y les cambio de cuneta, arrancando así la rueda delantera izquierda de su Toyota GR Yaris Rally1. La reacción del propio Ogier tras el accidente deja claro su hambre de victoria pese a su veteranía, con un profundo grito de "no es posible" (en francés).
Sobre lo sucedido, estas han sido las palabras del que era líder del WRC al comenzar la prueba en los micrófonos de DirtFish: "Desafortunadamente, pinchamos la rueda delantera izquierda y, al mismo tiempo, el sensor de presión del neumático no funcionaba, así que no recibí la alerta. Esta curva era muy rápida, entré y el coche se fue completamente recto; no pude girar. Así que no pude hacer nada."
Al ser preguntado por donde pudo haber pinchado, el propio Ogier contestó: "No noté nada en ninguna curva, pero un par de cientos de metros antes hubo un gran salto, así que quizá la compresión del aterrizaje lo causó, pero ya tenemos muchos saltos, así que no debería ocurrir en este caso. Así que no lo sé, y supongo que no lo sabremos realmente porque no hay información del sensor."
Los de Toyota GAZOO Racing cuentan con poder reparar y reengancharse mañana en busca de los puntos extra que se reparten tanto en el Super Domingo como en el Power Stage, con un botín de hasta 10pts en juego.