La FIA está tratando de mejorar su escala de coches de rallyes actual centrándose en un escalón que ha sido desestimado en gran parte de Europa hasta el momento: los R1. Este primer escalón podría tener ajustes que los hagan más atractivos para el público de cara a los próximos años, entre 2019 y 2020 en adelante.
Hasta ahora, los R1 han sido coches que han pasado más bien desapercibidos por los pilotos a nivel general, quienes han preferido correr con los R2 o con otro tipo de monturas. Los R1 son coches bastante básicos: montan un motor de unos 150 caballos frente a los 180 o 185 de un R2 y muchos elementos sacados del vehículo de serie. El coche más utilizado de este tipo en Europa es el Citroën DS3 R1, el cual ha aparecido sobre todo en países como Francia o Portugal donde ha tenido durante varios años hasta una copa monomarca.
El primer objetivo de la FIA es el precio: la idea es que resulten en torno a unos 30.000 euros según se puede leer en el medio Rallye Magazin (un poco más de la mitad de lo que se suele pedir por un Peugeot 208 R2, a modo de cifra orientativa). El segundo es el de colocar a estos revisados R1 una caja de cambios secuencial, igual que en los coches de la categoría R2 – el cambio más grande que un piloto se encuentra al pasar de un grupo N a un R en términos de manejo.
Se especula que estos cambios podrían llegar en torno a 2019 o a 2020 porque es cuando se va a decidir la manera en la que se va a reajustar la normativa, aplicándose el cambio sobre todo a los R2. Otra categoría que podría verse beneficiada es la R3, la cual se ha esfumado en los últimos años – un ejemplo es que hasta 2016 se usaban en el JWRC con los Citroën DS3 R3T Max, pero para la pasada temporada 2017 se cambió a los Ford Fiesta R2T.