La espera se había prorrogado unas semanas más de las previstas por todos los involucrados en el Campeonato del Mundo de Rallyes. Bélgica presentó a Kalle Rovanperä la primera oportunidad de sentenciar el título en mitad de agosto. El finlandés, protagonista de una primera mitad de curso sensacional, cometió un pequeño error con graves consencuencias. Una nota demasiado optimista le hizo volcar y abandonar.
La coronación pudo haberse producido en el Acrópolis Rally, pero otro fallo impropio del joven nórdico volvió a posponer las celebraciones. La presión crecía sobre los hombros del líder. Ott Tänak aprovechó las equivocaciones de su rival para acortar distancias en la tabla de puntos. El estonio llegaba a Nueva Zelanda en un estado de forma imponente y con el único objetivo de amargar, por tercera vez, la fiesta de Toyota.
Sin embargo, el de Hyundai Motorsport se topó ante el dominador Rovanperä de febrero, marzo, abril, mayo, junio y julio. El pupilo de Jari-Matti Latvala reseteó, dejó a un lado la calculadora y se centró en completar la cita oceánica en lo más alto del podio. Las lluvias del viernes le ayudaron con las labores de limpieza, pero el golpe definitivo lo asestó el sábado, cuando partía con unas condiciones similares a las de sus oponentes.
El recital de la penúltima etapa lo aliñó con una conducción de lo más efectiva en el Power Stage. Establecer el cuarto mejor registro en el tramo de bonificación habría resultado más que suficiente para sentenciar el Mundial con dos pruebas de antelación. La cabeza de Rovanperä no pensaba en gestionar. El #69 se armó de valor y buscó el scratch para rematar una actuación histórica, la que le ha otorgado el cetro de sus sueños.
Tänak hizo todo lo que estaba en su mano. A pesar de ello, la falta de competitividad del Hyundai en carreteras de poco agarre le lastró desde los compases iniciales. Sébastien Ogier, en su regreso al tercer Toyota GR Yaris Rally1, también se alió en contra del #8 y cumplió con el papel de escudero. Cubrió las espaldas de su compañero de equipo y le facilitó el acceso a la poltrona que él había ocupado en ocho ocasiones.
Thierry Neuville concluyó un frustrante regreso a Oceanía en el cuarto puesto. El belga, penalizado por las imprecisiones del viernes, alenta a su equipo a seguir trabajando para mejorar un i20 N Rally1 difícil de controlar en algunos terrenos. Oliver Solberg completó el top cinco con otro de los artefactos producidos en Alzenau. Los honores en la división de plata se los llevó Hayden Paddon, intratable con el Hyundai i20 N Rally2.