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Robert Kubica afrontaba el inicio de WRC con la ilusión de un niño pequeño. El campeón del WRC2 se subía al baquet izquierdo del Ford Fiesta RS WRC junto a su compañero Szczepaniak con el objetivo de dar la campanada.
El objetivo de Kubica quedaba más que claro al transcurrir los primeros 25 Km y medio del rallye. En el TC-1 el polaco conseguía hacer el mejor tiempo y dejar atrás a pilotos como Sébastien Ogier -Campeón del Mundo-, Latvala, Mikko Hirvonen -ganador en una ocasión del Montecarlo-...
Para que nadie pensara que su tiempazo en el primer tramo del rallye había sido fruto del azar, hacía el scratch a lo largo de los más de 17 Km que formaban el TC-2. Rober volvía a conseguir poner tierra de por medio con los favoritos y comenzar a afianzarse en los puestos altos, sin duda una sorpresa.
En el tercer tramo del día, el polaco se dejaba más de un minuto con Bouffier y no solo perdía el primer puesto, si no que quedaba rezagado. En el TC-4, el polaco buscó recortar y conseguía hacer el segundo mejor tiempo, solo superado por Latvala.
En el quinto y sexto tramo -los dos últimos del primer día- Rober hacía cuarto y séptimo respectivamente. Desde este momento, ya no volveríamos a ver al polaco en los puestos altos del Monte-Carlo a pesar de sus intentos en los tramos siguientes, en los que lucharía por recortar.
Ya en el TC-9 sucedía el accidente que le dejaría fuera del legendario rallye. Kubica llegaba de una pequeña recta, daba una curva de derechas no muy pronunciada demasiado rápido y se caía a la cuneta, justo en la zona de entrada a un puente con que se llegaba a golpear.
Os dejamos aquí el vídeo de un Robert Kubica que desgraciadamente, ya se ha ganado mala fama en lo que a abandonos se refiere.