Cuando todavía resuenan los ecos del octavo e histórico triunfo de Sébastien Ogier -récord absoluto de victorias en el Principado-, con el que ha encabezado el doblete de Toyota, y el naufragio de Hyundai, el director de la FIA, Jean Todt ha mostrado su satisfacción por el éxito de un recorrido condicionado por la difícil situación sanitaria actual.
De hecho, el directivo francés quiso subrayar el éxito de la prueba bajo las actuaciones circunstancias, que la convirtieron en todo un reto organizativo y logístico del que han logrado salir airosos.
Y como esa 89ª edición de la ronda alpina ya es historia, su organizador, el Automóvil Club de Mónaco, muy pronto deberá comenzar a plantearse el proyecto de la cita de 2022. En ese sentido, la cuestión principal será tomar una decisión respecto a su centro de operaciones, actualmente en Gap y con las etapas en sus alrededores.
Dada la retirada de su ilustre vecino, Sébastien Ogier, todo hace indicar que esta sede que llegó con la eclosión del francés, perderá su protagonismo. Ese papel principal podría asumirlo exclusivamente la región de los Alpes Marítimos, con la posibilidad de establecer el parque de asistencia en el puerto de Mónaco. Esa localización permitiría que los competidores pudieran regresar en un corto espacio de tiempo desde el interior de Niza a la base neurálgica.
Hasta que se empiecen a publicar las primeras informaciones al respecto, la caravana del Mundial de Rallyes viajará a la segunda escala del campeonato en Rovaniemi, localidad finlandesa que albergará el Artic Rallye (26-28 febrero), reemplazo de emergencia de Suecia, cancelado por las restricciones del coronavirus.