El Campeonato del Mundo de Rallyes, por fin, vuelve a Japón. El país del sol naciente había intentado regresar al máximo certamen en varias ocasiones, pero diferentes circunstancias forzaban a posponer el tan ansiado retorno de los pilotos más rápidos del planeta. Lluvias torrenciales que destrozaban las carreteras, las restricciones de movimiento de una pandemia... A la tercera es la vencida para una prueba diferente al resto.
Las incógnitas de la cita asiática son múltiples. Ninguno de los integrantes de las formaciones de la categoría reina posee experiencia en unos tramos tremendamente revirados. El trabajo realizado en las jornadas de reconocimientos tendrá un peso incalculable en el resultado final. Aunque los tres apartados llegan sentenciados a la ronda que cierra la temporada, todos darán el máximo para terminar el año en lo más alto.
Kalle Rovanperä, coronado en Nueva Zelanda como el campeón más joven de la historia, encabeza el plantel de Toyota para el evento de casa. La firma nipona afronta el fin de semana más especial del curso con todas las coronas aseguradas. El finlandés, junto a Elfyn Evans, Sébastien Ogier y el local Takamoto Katsuta, tratará de otorgar una victoria más a su equipo. Ese triunfo convertiría en inmejorable la campaña de la marca.
En Hyundai vivirán el último enfrentamiento interno entre Ott Tänak y Thierry Neuville. El estonio ha decidido concluir su aventura con los surcoreanos después de acumular frustraciones con diversas circunstancias. Su objetivo es marcharse con una nota positiva y certificar a su favor el subcampeonato, que precisamente se disputa con el belga. Dani Sordo también será testigo del adiós del campeón del mundo de 2019.
Las arcas de M-Sport Ford, muy dañadas tras los accidentes acumulados desde el mismísimo Rallye de Monte-Carlo, explican la incomparecencia de Adrien Fourmaux y Pierre-Louis Loubet. La estructura de Malcolm Wilson estará representada por Craig Breen y Gus Greensmith, además de por un Jourdan Serderidis que disfrutará de una nueva experiencia con su Puma Rally1. Evitar más incidentes, la meta de los británicos.