Debutar en un certamen como el Campeonato del Mundo con una victoria es un privilegio que se ha presentado a un reducidísimo número de pilotos en la historia. Diego Domínguez Jr. decidió esta temporada ascender del nacional paraguayo y probar suerte en la élite. Para este valiente movimiento apostó por un Ford Fiesta Rally3 y por continuar con Rogelio Peñate, uno de los navegantes más reputados, a su derecha.
Nunca antes había dirigido el artefacto de la firma del óvalo. En su país estaba acostumbrado a los vehículos de la categoría R5. Poco le está afectando el desconocimiento de la montura. Ayer, en la primera especial real del Rally de Italia-Cerdeña, sorprendió a propios y extraños con un contundente scratch. El checo Jan Cerný, que partía como favorito a la victoria, le devolvió de inmediato al segundo lugar. No quería sorpresas.
Sin embargo, muy probablemente le tocará aceptar en la tarde de mañana una derrota ante el joven valor sudamericano. Cerný gestionaba su renta sin apuros, pero problemas eléctricos en la penúltima cronometrada de la jornada más larga le hicieron perder casi cinco minutos con su rival más próximo. Domínguez y su copiloto español están a cuatro tramos de cuajar un estreno brillante en la división de bronce.