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Confinado, al igual que la mayor parte de la población, Alberto Meira espera ansioso que la vida recupere cierto ritmo para poder reabrir su negocio y empezar también cuando antes a competir. Es consciente de las consecuencias que esta crisis sanitaria pueda tener en la economía y consecuentemente en el automovilismo, pero confía en que la Federación Gallega tome las mejores decisiones para que el impacto se minimice.
Su temporada empezó en A Coruña, un rallye en el que logró sellar un buen resultado, pese a contar con el R5 menos moderno del plantel de cabeza. "El resultado de la primera carrera es positivo. Pese a que no empezamos con muy buen pie, debido a un par de sustos que nos llevamos en el primer tramo y nos hicieron bajar un poco el ritmo. Después me costó un poco volver a coger un buen ritmo de carrera", aseguraba.
"A partir de ahí, el ritmo mejoró, acercándonos a los tiempos de cabeza, manteniendo una bonita lucha con Alberto Otero. Finalmente, nos llevamos un podium que nos sabe muy bien como primer resultado de la temporada", añadía. Como es lógico, en condiciones complicadas, las diferencias entre su DS3 y los Fabia Evo y Fiesta MKII de sus rivales se reducen, aunque es necesario tener las cosas muy claras para atacar.
"En condiciones complicadas y al haber un plantel tan grande como en A Coruña, el ritmo sigue siendo alto, pero todo el mundo va con cierta cautela para no cometer errores, sobre todo porque era la primera prueba del campeonato. Nuestro coche en zonas rápidas es bastante competitivo, pero la diferencia con los nuevos R5 se encuentra en las mejoras que tienen en el chasis, suspensión y bajos de motor que hacen que transmitan más la potencia y vayan mejor en zonas lentas", añadía.
Su futuro, al igual que la mayoría de españoles, es incierto. A la espera de que consigamos vencer al virus y vayamos poco a poco retomando la actividad, Alberto Meira también agradece que la FGA esté trabajando para proponer soluciones a esta encrucijada: "La federación sigue trabajando y la verdad es que se agradece que estén dándole vueltas al asunto, viendo que posibles ideas se pueden barajar para volver a retomar la competición", comentaba el de Vincios.
Siendo, además de piloto, empresario, teme a las consecuencias que este parón pueda suponer en la economía, siendo consciente de que tendrá que doblar el esfuerzo para intentar vencer a las cifras: "Los pronósticos económicos por lo que se ve van a ser desastrosos, después de esto la crisis va a ser muy grande", aseguraba. Tendrá sus lógicas consecuencias en el mundo del los rallyes, aunque habrá que esperar para saber primero cuando volverán las carreras.
"Lo primero es saber cuándo se podrá retomar la competición y supongo que a partir de ahí, la federación comenzará a trabajar para reestructurar el campeonato de la mejor manera posible y se decidirá que pruebas y copas de promoción se podrán sacar adelante ya que esta situación no es buena para la marca (Pirelli) ni para ninguna empresa en general", concluía uno de los pilotos de referencia del panorama gallego.