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Su salida del equipo Suzuki ha sido una de las noticias del día, como no podía ser de otra manera, junto a la llegada de otro joven gallego: Javier Pardo. En este caso, Díaz pone así punto y final a su relación con la marca amarilla, equipo con el que ha competido durante las dos últimas temporadas, destacándose como uno de los jóvenes pilotos con mayor proyección dentro del nacional de asfalto.
La temporada 2017 no fue para él todo lo buena que se esperaba, ya que la poca fiabilidad que demostró el Swift S1600, así como la escasa competitivad que muestra frente a vehículos más modernos le han impedido alzarse con el título de dos ruedas motrices. Ahora, Adrián Díaz trabaja ya en intentar sacar adelante un nuevo proyecto que le permita enfrentarse a nuevos retos.
A la izquierda de Andrea Lamas, con quien ha entablado una gran relación profesional, el piloto de Lugo desea subirse en un R5 para poder pelear en igualdad de condiciones frente a los equipos punteros del CERA. Cierto es que para poder llevar uno de estos vehículos a la línea de partida hace falta un elevado presupuesto, tal y como él ha confesado al diario local 'El Progreso'.
Su segunda opción pasa por intentarlo con un novedoso N5, vehículo que sobre el papel resulta ser mucho más económico que un R5. Además, en 2018 parece que estos vehículos, importados del otro lado del Atlántico y adaptados a las necesidades españolas, seguirán mejorando sus cualidades acercándose, todavía más, a los temidos R5. Aún así, Díaz tampoco descarta el disputar alguna copa de promoción.
Otra de las opciones que a día de hoy han puesto sobre la mesa es la de afrontar alguno de los certámenes de promoción que se disputan en nuestras fronteras. Esta es a priori la opción más económica, siempre y cuando no logren cerrar un presupuesto que le permita afrontar con garantías un reto más ambicioso. Tener un calendario con una decena de pruebas y un campeonato poco rentable para los sponsor no ayuda en absoluto a estos equipos privados.