Un tesoro escondido en las minas más profundas arriba a España. Un coleccionista privado incorpora a su garaje una joya de museo que formó parte de una de las épocas doradas del Mundial de Rallyes, la de los World Rally Car. El vehículo en cuestión, el Mitsubishi Lancer WRC, la última creación de la firma nipona para la especialidad. En ella depositaron sus esperanzas de recuperar el dominio, pero terminaría por despedirles.
Precisamente el chasis número 8, según informa el diario La Región, es el que llega a nuestro país, una unidad ex-oficial que pasó por las manos de pilotos como el francés Gilles Panizzi y el italiano Gianluigi Galli. Este último obtuvo el mejor resultado de este Mitsubishi, por partida doble, con sus séptimas posiciones en los rallyes de Suecia y Grecia del 2005. En el 2007 repetería ese lugar en Finlandia con Urmo Aava a los mandos.
A pesar del adiós de la marca de los tres diamantes, el Mitsubishi Lancer WRC que nos ocupa recorrió gran parte de Europa gracias a sus tres propietarios anteriores. Desde Letonia hasta Bélgica, previo paso por Holanda, se ha mantenido en activo en citas de carácter regional. La montura construida por la mítica Ralliart vuelve a España después de haber participado en el Rallye Catalunya Costa Brava del 2004 con Panizzi.