Como ocurre en otras pruebas del Campeonato de Europa de Rallies, en el Rally de Escandinavia también hay apartado nacional. Un apartado nacional con máquinas Rally2, comenzando por el que fuera piloto del Junior WRC Dennis Radström, pero también con coches poco convencionales. Y aquí hay una situación que llama especialmente la atención.
Por un lado, los Volvo 940. Pocas cosas, aparte de IKEA, hay más suecas en la vida que participar en rallies con un 940 que situaríamos más bien en rallies de históricos al contar con casi 35 años a sus espaldas. Sin embargo, el sedán largo y robusto, con su motor 2.3 de cuatro cilindros, sigue siendo muy utilizado y de hecho veíamos a varios pilotos meterse en el Top 10 de este apartado nacional.
Compitiendo contra ellos estaban dos unidades del Rally2 que nadie recuerda: el Mitsubishi Mirage R5. Nadie, o prácticamente nadie, lo recuerda porque nunca llegó a recibir la homologación FIA al tratarse de un proyecto particular por parte de Mpart AB allá por 2014 con el pequeño Mirage/Space Star, luego actualizado para mantener la misma imagen del restyling del Space Star de calle. Un coche visto en muy pocos campeonatos nacionales, como Suecia, Reino Unido o Chile, donde Mitsubishi sí ha tenido un papel más activo en el panorama de rallies.
Por detrás de los Rally2 habituales, durante todo el rally han estado tanto los Volvo como los Mitsubishi peleando, de hecho a ritmos muy similares. Los Volvo, además de ser la clara referencia entre los 2RM, han estado rodando en tiempos que se meterían entre los Rally3 en varios tramos. Hay que tener en cuenta que el apartado nacional realizaba sólo las segundas pasadas (más el tramo del jueves), dando lugar a un rally de 9 tramos y 93,75 km cronometrados.