El desplazamiento del Rally Dakar a Arabia Saudí en 2020 parecía el cambio ideal para Toyota Gazoo Racing South Africa, que cuenta en sus filas con un piloto que conoce a la perfección los secretos de los desiertos árabes, el catarí Nasser Al-Attiyah. Sin embargo, el triple vencedor de la cita organizada por ASO no encontró la fórmula para derrotar a los Mini JCW Buggy que dirigían Carlos Sainz y Stéphane Peterhansel.
En esas dos ediciones, Al-Attiyah encabezó las protestas de su equipo en relación al reglamento técnico, ya que consideraban que su Toyota Hilux 4x4 partía en desventaja en especiales con tanta arena y dunas como los que se han diseñado en la península arábiga con respecto a los 4x2 preparados por X-Raid, que cuentan con un recorrido de suspensión ilimitado y unos neumáticos de mayores dimensiones.
En este 2022 no podrán recurrir al argumento de la desigualdad mecánica. Los responsables del Rally Dakar han introducido la categoría T1+, la misma en la que se ha integrado Toyota con la creación del GR DKR Hilux, un vehículo que evoluciona en suspensión y que equipa unas ruedas idénticas a las de los Mini JCW Buggy. Estos cambios refuerzan las aspiraciones de la firma nipona a recuperar el trono que perdieron hace dos años.
Al-Attiyah ha dominado con mano de hierro los eventos en los que ha participado con su nuevo artefacto, que por el momento no muestra ningún signo de debilidad. En la estructura oficial le acompañará el sudafricano Giniel de Villiers tras superar la covid-19, además de los jóvenes Henk Latengan y Shameer Variawa, que dispondrán de otra oportunidad para progresar en el Rally Dakar a los mandos de sendos GR DKR Hilux.