Las cifras que luce su palmarés hablan por sí solas. Catorce victorias en el Rally Dakar, dividas en las categorías de motos y coches, adornan las vitrinas del piloto más laureado en la historia del evento más exigente del planeta. Unos números que se antojan imposibles de igualar. Pero los campeonísimos también se enfrentan a momentos de dificultad, y es en ellos en los que se aprecia su verdadera grandeza.
Stéphane Peterhansel comenzó su primera participación dakariana con Audi cometiendo un error impropio. Abordó una compresión en la etapa 1B a una velocidad que el amortiguador simple de su RS Q e-tron no absorbió. Sin el recambio en su coche, le tocó esperar unas eternas horas por el camión de asistencia. Lidió con la forma más cruel de despedirse de sus opciones a la victoria, a las primeras de cambio.
Ese incidente le convirtió en mochilero de sus compañeros en la firma de los cuatro aros, rol que aceptó sin necesidad de replanteárselo. Con la experiencia que acumula en la prueba más prestigiosa de la modalidad, 'Monsieur Dakar' no dudó en ceder los componentes sanos de su vehículo a los que sus vecinos en las carpas de Audi dañaban, como hizo cuando a Carlos Sainz se le rompió la suspensión en la quinta especial.
En la jornada de descanso cambió su estancia en Arabia Saudí. Seguiría de mochilero, sí, pero los mecánicos e ingenieros remediaron la fragilidad de los amortiguadores con suma eficacia, ya que esta parte del Audi no se ha resentido durante la segunda semana. Así, libre de detenerse al rescate de Sainz o Mattias Ekström, Peterhansel ha certificado la victoria parcial que tanto se le resistía en la presente edición de su cita fetiche.
El francés encabezó un doblete de la marca germana cerrado por 'El Matador'. El bicampeón del mundo de rallyes lideró la clasificación de etapa en los kilómetros iniciales, pero cruzaría la pancarta de meta a 2:06 del registro establecido por Peterhansel. La tercera plaza fue para Henk Lategan, que abrió pista la mayor parte de la jornada al dar caza a Giniel de Villiers. Toyota Gazoo Racing ha identificado a un talento prometedor.
En la batalla por el triunfo se estabiliza la diferencia entre Nasser Al-Attiyah y Sébastien Loeb. La impecable semana con la que arrancó el catarí el asalto hacia su cuarto touareg supone una cima inalcanzable para el alsaciano, que a pesar de atacar al máximo de principio a fin apenas le ha recortado 1:25. El podio provisional lo cierra un Yazeed Al Rajhi centrado en arribar este viernes a Jeddah con su Toyota de una pieza.