Entre los elegidos. Si hace un par de meses se consagró como el piloto más joven de la historia en ganar una prueba del WRC, hoy no sólo ha conseguido su segundo triunfo en la categoría reina, su éxito en el Acrópolis supone un aviso a navegantes: Kalle Rovanperä es, sí o sí, el futuro de esta especialidad.
El resultado es consecuencia de una auténtica exhibición de crack, de dominio de las circunstancias y, sobre todo, velocidad pura para doblegar a los dos últimos campeones del WRC, Ott Tänak y Sébastien Ogier.
El estonio de Hyundai se ha tenido que conformar con la segunda plaza tras afianzarse por delante del francés de Toyota. El duelo entre ambos ha estado un poco descafeinado hoy, ya que Ogier ha dado por bueno los puntos de un tercer puesto que unido a los problemas de sus rivales en la pelea por el título -Elfyn Evans y Thierry Neuville- le dejan a tocar su octava corona mundial.
En cuarto puesto, rodando desde ayer en tierra de nadie, Dani Sordo y Cándido Carrera han concretado su estreno como pareja mundialista una sólida actuación que le brinda a Hyundai Motorsport los puntos para seguir en la pomada por revalidar el título frente a sus rivales de Toyota Gazoo Racing.
El último día nos ha dejado unos problemas mecánicos para el quinto clasificado esta mañana camino del primer tramo, Adrien Fourmaux. El francés se ha visto obligado a penalizar, lo que lo ha aprovechado su compañero en M-Sport Ford, Gus Greensmith para completar el Top 6 seguido de Elfyn Evans y el propio Fourmaux.
El Olimpo de los rallyes ya tiene un niño prodigio, un joven de 20 años que no deja de asombrarnos y que más pronto que tarde estará en el lugar que se merece, entre los dioses de la especialidad.