Isidre Esteve es doble leyenda del Dakar. Si la carrera más dura del motorsport otorga esta condición a los pilotos que acumulan 10 participaciones, el mérito del piloto de Oliana (Lleida) es doble: ya disputó 10 veces la carrera en moto, entre 1998 y 2007, y en 2025 cumple su décima participación en coche. Ha cambiado todo… y no ha cambiado nada, porque, como él mismo dice, los pilotos con los que comparte la carrera cada día son los mismos con los que la compartía en moto. “Podemos continuar haciendo lo que nos gusta, que al final es lo que nos ha llevado hasta aquí y ha sido y es nuestra vida”.
El piloto del Repsol Toyota Rally Team reflexiona acerca de lo que la prueba reina del rally-raid ha significado en su vida: “Para mí, el Dakar ha sido un aprendizaje a nivel personal. Cuando volví a casa de mi primera participación, me dije que no me volvería a quejar en la vida, porque era una persona afortunada, por las oportunidades que había tenido y las que seguro que iba a tener. Desde que fui por primera vez al Dakar, soy mejor persona. Viajar, conocer distintas culturas, encontrarte en situaciones muy límite en lugares donde te sientes frágil… te hace ver la vida de forma diferente”.
El hecho de alcanzar este año diez Dakar en coche, los mismos que había disputado en moto, marca una división clara en la carrera deportiva de Isidre Esteve. “Hay una primera parte de mi vida, cuando empiezo en moto y tengo todas esas experiencias en el Dakar. Durante cuatro o cinco años, estuve en ese pequeño grupo de pilotos que tiene opciones de ganar carreras y de ganar el Dakar. La segunda parte es a partir de 2007 y el accidente. Mi forma de ver y de vivir lo que realmente es importante en la vida es diferente desde entonces. Ahora, simplemente agradezco la oportunidad de estar hoy aquí, con la suerte de estar trabajando en lo que nos gusta”.
Ese accidente, en marzo de 2007, en una prueba del Campeonato de España de Rallys Todo Terreno, le provocó una paraplejía irreversible que le obligó a tomar las riendas de su destino. “Me lesiono en el mejor momento de mi carrera deportiva, cuando tenía todo lo que había soñado y, de repente, no hay plan. Todo el mundo tiene un plan de vida. Para mí, no había plan, no podía hacer nada. Toqué fondo, y suerte que tenía a Lidia al lado. Un día, con Lidia, dijimos: ¿Sabes cuál será nuestro objetivo a partir de ahora? Vivir. Nada más. A partir de ahí, construimos nuestro propio camino. Hasta aquí”.
Ese nuevo camino pasó por la reconversión de Isidre Esteve en piloto de coches en una disciplina, el rally-raid, que ha demostrado ser el paradigma del deporte inclusivo, y en la que pilota un coche del máximo nivel, el Toyota Hilux T1+. “En las carreras, siento que nada ha cambiado. Estoy dentro del coche con Txema [Villalobos, su copiloto], en la línea de salida, y allí están también los Loeb, Sainz, Nani Roma… y ahí estamos nosotros. ¿Qué hay de diferente? Nada. ¿Es que la pista será distinta para nosotros? No. Al final del día, salimos en la clasificación donde están todos. Esto es el deporte inclusivo de verdad. Y si, encima, es un deporte que me gusta y que, de alguna forma, da continuidad a algo que yo practicaba antes, genial”.
Esta continuidad marca el objetivo vital de Isidre Esteve en esta segunda parte de su carrera. “El objetivo es ser cada vez más competitivos, ser mejores. Hacer mejores etapas y estar más cerca de los pilotos de delante. Estar ahí, para superarnos, hacerlo mejor, llegar al final y estar satisfechos de lo que hemos hecho”. Como en la cuarta etapa de este Dakar, el pasado miércoles, cuando consiguió colarse en el top 20 absoluto de la carrera, girando, frenando y acelerando con el volante adaptado por Guidosimplex y cambiando de marcha, todo solo con las manos.
La meta no es otra que volver a formar parte del grupo de pilotos capaces de hacer cosas, como cuando corría en moto. Entonces, se convirtió en uno de los primeros pilotos privados que lograba un triunfo de etapa y acarició el podio en tres ocasiones. Incluso, estuvo en disposición de ganar la carrera más dura del motorsport en otras tres ocasiones, pero sendas averías en 2004 –cuando lideraba la prueba– y en 2007 –yendo segundo–, además de una caída en 2006 –también yendo segundo–, le privaron de luchar por la victoria.
“Pero hay más cosas aparte de ganar: unos valores, una manera de entender la vida, un trabajo en equipo, la cantidad de gente detrás de nosotros que trabaja cada día para que podamos ser más competitivos… Cuando eres joven, solo quieres ganar, no eres consciente del esfuerzo que hay detrás”, afirma el piloto apoyado por Repsol, MGS Seguros y TOYOTA GAZOO Racing Spain.
Con esa mentalidad, la de quien tiene las cartas de la vida bocarriba y se enfrenta a las dificultades para perseguir sus anhelos, Isidre Esteve volverá este sábado a ponerse a los mandos de su coche, después de disfrutar de la jornada de descanso del Rally Dakar 2025. Solo queda una semana para que acabe su 20ª aventura dakariana. Solo quedan 2.400 kilómetros de tortura y disfrute (alrededor de 4.200 km contando enlaces). Solo queda ver como se cuelga la medalla de finisher para volver a decir lo ha vuelto a conseguir.