Esta edición del Dakar, aunque parezca a priori más corta por el hecho de hacerse solo en Chile, no parece nada fácil con más de 2.000 kilómetros cronometrados y un 70% de dunas…
“Pienso que aunque sea un Dakar con menos kilómetros y menos días, al final no deja de ser un Dakar, sobre todo uno con mucho fuera de pista. Esto hace que sea más difícil de interpretar el terreno. El roadbook no te indica del todo los peligros que hay fuera de pista y sabiendo que hay un 70% o un 80% fuera de pista será complicado. Más corto, pero más intenso seguro.”
¿Qué puedes contarnos de tu SxS, el Can-Am Maverick?
“El año pasado hice mi último Dakar en moto y es la primera vez que voy con un buggy. Hemos podido correr este año en el Campeonato de España y alguna prueba del mundial en Marruecos. Voy aprendiendo y creciendo. Por las similitudes que tiene con la moto creo que es un buen paso antes de poder ir a los coches y nos hemos adaptado bien, aunque ahora se verá donde estamos frente a los rivales.”
Este año hay mucha competencia entre los SxS.
“Sí, se trata de un año de crecimiento. Los buggies son coches que dan una potencia increíble, la relación peso/potencia es muy buena y los costes son mucho más bajos que los de un coche. Esto hace que este año se ha llegado a unos 30 SxS además de los Open y demás, llegando en total a 50 o 60. Por lo tanto, la categoría ha crecido mucho, con pilotos que vienen desde motos o quads y que han ganado Dakares, inclusive en Marruecos estaba Stéphane Peterhansel, que también rodó con un Yamaha.
“Es una categoría que creo que va a estar muy emocionante, además hay mucha igualdad. Va a ser muy importante cuidar la mecánica, no solo se trata de dar gas a fondo. Hay que cuidar el buggy porque no son vehículos tan resistentes como son los coches, por lo que habrá que tenerlo en cuenta para hacer una buena carrera.”
“Es una categoría que está de moda, en todos los sentidos. Lo mejor es que hay marcas detrás, como puede ser Can-Am, Polaris, Yamaha, ahora Honda…en España, el equipo de motos donde estaba yo, Himoinsa, ahora ha creado una marca propia que se llama Corvus. En unos 3 años va a estar en el Dakar. Detrás de estas marcas hay ventas y cada vez hay más ventas de estos buggies en todo el mundo. Lo más bueno de todo es que los buggies que utilizamos en carreras tienen el 80% de parecido del modelo estándar. Para una marca eso es increíble. Hay futuro.”
¡Parece un paralelo de los Grupo N en rallyes!
“Los que hemos utilizado este año en el Campeonato de España y el Campeonato del Mundo parten del mismo chasis, aunque si es Campeonato del Mundo o Dakar tiene que ser FIA, que es reforzado. Pero en las que no son FIA el chasis es el mismo, el motor en todos los sitios es el mismo. Se les cambia las suspensiones, los frenos y el coche está listo para correr. Además tiene una gran fiabilidad, a día de hoy no hemos tenido ningún problema, ni en correa. Es importante que el coste sea mínimo.”
“Mira, en el Rallye Panáfrica corrimos con un coche que ya tenía carreras encima y corrimos con neumáticos viejos para hacer un simulacro. Hicimos toda la carrera con los mismos neumáticos, que no eran nuevos, y aguantamos toda la carrera con estas ruedas. ¡A ver en qué carrera se pueden hacer 1.000 kilómetros cronometrados con las mismas ruedas sin cambiarlas! Realmente son beneficios.”
“Corrí con FN Speed el campeonato de España, pero este Dakar lo hago con el equipo oficial de Can-Am, el equipo de Monster Energy que ganó el año pasado. A mitad de temporada tuve la suerte de que me dieran esta posibilidad. Somos otros pilotos: Casey Currie, el que gana en Estados Unidos, Reinaldo Varela, que ganó el año pasado, y nosotros como los europeos, junto a los americanos y los brasileños. Poder estar en el mejor equipo del Dakar con opciones a ganar.”
“El equipo se llama Monster Energy Can-Am. Gracias a Santi Navarro a FN Speed, he tenido la suerte de que el equipo madre me haya podido coger. FN Speed va también cogido de la mano del equipo oficial y si corro carreras en España, sería con el equipo FN Speed”.
Como se trata de un coche ligero, los componentes sufren menos, ¿no?
“Ni más ni menos. El estándar está sobre los 900 kilos. El modelo con especificaciones FIA lleva otras barras, otro tanque de gasolina…pesa unos 1.250 kilogramos, mientras que los coches pueden sobre las 2 toneladas. Son 800 kilogramos de más.”
En este Dakar corres contra varios pilotos españoles, como José Antonio Hinojo, Roberto Carranza y Dani Solà. A nivel nacional, ¿crees que va a seguir cobrando fuerza los SxS?
“Segurísimo. Fíjate nada más que en el campeonato de España, el año pasado eran una cantidad y este año eran 4 veces más. Tanto en España como en cualquier campeonato de cualquier país va a subir porque normalmente en coches son pocos los que podemos vivir de esto. Lo demás son gente que les gusta este deporte, que tienen la posibilidad de poder hacerlo, pero si en vez de hacer el campeonato del mundo con un coche te gastas 500.000 euros y puedes hacer lo mismo con un buggy de 100.000 que te da sensaciones parecidas… creo que hay mucha diferencia económica. Inclusive que pilotos que no tengan un nivel económico tan alto puedan tenerlo como hobby.”
“En el campeonato de España ha sido fantástico, unas 7 carreras por toda España, muy bien organizadas, donde el nivel cada vez es mayor. En Portugal, en una baja puede haber hasta 200 buggies corriendo. Es una categoría, en todos los sentidos, que ya es grande.”
Comentabas antes que los SxS puede ser un buen paso intermedio entre motos y coches…
“Pasar directamente a un coche, solo por el peso, la potencia, las dimensiones…se hace más difícil. Los buggies son automáticos (salvo el Yamaha, que es secuencial), gas y freno, por lo que te adaptas mucho mejor. También vas sin cristal, vas con casco de moto, tiene muchas similitudes, hace que nos podamos adaptar muy rápido. Recuerdo que en nuestra primera carrera del campeonato de España ya hacíamos tiempos de scratch sin haberlo hecho nunca en la vida. Solo por tener la misma visión que teníamos en moto.”
Cuéntanos acerca del paso de motos a SxS.
“El cambio viene porque, llevaba 11 Dakar en moto, Himoinsa me dio la posibilidad de estar ahí delante, hice podio en 2017, mejor español durante 3 años seguidos, pero con un hándicap: me he jugado la piel cada año. Al final es un deporte donde hay mucho riesgo, a pesar de que se hace bien, con cabeza, juegas a la lotería. Ya eran muchos años, muchas lesiones, y creí que era el momento. Me había quitado el peso de no tener una estructura con posibilidades, la he tenido durante tres años, la aproveché, hicimos muy buenos resultados y salió esta oportunidad de poder correr con buggies y no dudé en hacerlo.”
¿Crees que Himoinsa ha marcado un punto importante en tu carrera deportiva?
“Totalmente. Ellos me han dado la posibilidad de ser feliz. En 2015 tenía contrato con Gas Gas de fábrica, llegué a casa con mi mujer y le dije: “O me viene un equipo con opciones a ganar o no compito, porque compito por ser feliz, por dar el máximo y no lo puedo dar. Me llegó una oferta de Honda como mochilero de Barreda y una de Himoinsa, un equipo privado que nadie conocía, pero que me daban todo para ganar. Yo creo que hice bien, sobre todo viendo los resultados, hicimos un muy buen trabajo todo el equipo, toda la gente que formó está familia. Fue un cambio importante para mí, me dieron lo que siempre había necesitado, esto era por lo que siempre había luchado.”