¿Qué hacías vosotros con 20 años? En el caso de Kalle Rovanperä lo suyo a esa edad es ganar el Rallye de Estonia, séptima cita puntuable de la temporada del Campeonato del Mundo de la especialidad. El finlandés ha rubricado sin problema alguno en su primer triunfo en la élite de los rallyes tras tres días de dominio en las rápidas pistas de tierra bálticas.
Con su victoria, Rovanperä le arrebata a su jefe de equipo, Jari-Matti Latvala, el récord de piloto más joven de la historia en vencer una prueba del WRC y, de paso, iguala en el palmarés a su padre Harri, que finalizó su dilatada carrera en el Mundial con un solo triunfo en su casillero.
El primer éxito del nuevo finlandés volador se ha cimentado a lo largo de los tres días de carrera, no dando opción a sus rivales y administrando su ventaja al frente de la general como si de un veterano se tratase. Al final, 59.9 segundos le ha separado del segundo clasificado, un satisfecho Craig Breen.
El irlandés ha sido el mejor de los Hyundai tras un rallye muy serio, sin errores, y ha precedido a su jefe de filas, Thierry Neuville. Ahora está por ver si Andrea Adamo hace de las suyas y pide al bueno de Breen penalizar en el último control horario del rallye para que el belga gana un puesto e importantes puntos para mantener vivas sus opciones al título.
Lo que sí es seguro que el cuarto clasificado ha sido Sébastien Ogier. El francés ha sabido nadar y guardar la ropa en un rallye en el que el hándicap de abrir pista el viernes fue demasiado grande para pensar en cotas mayores. Pese a ello, el siete veces campeón del mundo sale más líder y más cerca de su octavo Mundial tras dejar al que era su gran rival en la clasificación, Elfyn Evans, en quinta posición.
Ott Tänak, que abandonó el viernes, ha sido el más rápido en el Power Stage, lo que le ha valido para sumar cinco puntos extras en otro rallye para olvidar para el estonio, que no ha podido repetir la victoria ante sus compatriotas que cosechó en 2020.