Una sucesión de contratiempos mecánicos impideron a Jan Solans demostrar su talento en Portugal. El catalán luchó constantemente contra los elementos en la cita lusa del Campeonato del Mundo. No era ese el inicio de temporada que había maquinado en su mente. Por fortuna, el Rally de Italia-Cerdeña llegaba apenas dos semanas más tarde para olvidar el mal trago. En las pistas sardas todo respetó. Eso necesitaba.
El menor de los Solans volvió a brillar en la isla mediterránea. Dirigió su Citroën C3 Rally2 al segundo peldaño del cuadro de honor de WRC2. Este año se enfrentaba a rivales consagrados. Ya no hay separación entre los pilotos oficiales y los privados. Pero esto no afectó al de Matadepera, que se defendió con uñas y dientes de un amenazante Jari Huttunen. Al de M-Sport Ford le tocó morder el polvo y aceptar el bronce.
Por delante del representante del Rallye Team Spain finalizó un implacable Nikolay Gryazin. El ruso no invitó a nadie a luchar por el liderato. Accedió a él, incrementó el ritmo en la etapa del sábado y gestionó en la del domingo. Este es el segundo triunfo del hombre de Toksport WRT en la división de plata. Salvó los muebles de la formación alemana, que había perdido a Andreas Mikkelsen por problemas de motor, con solvencia.
Eduard Pons batalló hasta el último metro cronometrado por un puesto en el podio de Masters, pero terminarían faltándole 12.6" para recibir el premio de tercer clasificado. El del Skoda Fabia Rally2 Evo vuelve a casa satisfecho con su debut fuera de España. En este apartado los honores se los llevó uno de los viejos rockeros, el belga Freddy Loix. A los mandos de otro artefacto de la firma checa, arrasó con todo y con todos.