Tres marcas prestarán mucha atención al rumbo que escoja la Federación Internacional de Automovilismo para el Mundial de Rallyes a partir de la temporada 2025. Este año es el primero de la normativa híbrida y de los vehículos Rally1. Toyota, Hyundai y M-Sport Ford compiten actualmente en el máximo certamen. Desde la marcha de Citroën a finales del curso 2019 no coinciden más de tres fabricantes en la categoría reina.
La implantación de la tecnología actual fue uno de los requisitos impuestos por los de Alzenau para continuar. La industria del automóvil, cada vez más inclinada hacia la fabricación de coches eléctricos, obligó a la FIA a tomar esa decisión. Pocos meses después de aprobar el actual reglamente técnico, desde el propio organismo han comenzado a pensar en un futuro que podría estar todavía más protagonizado por las baterías.
Alpine, Skoda y el Grupo Stellantis (propietario de Abarth, Alfa Romeo, Chrysler, Citroën, Dodge, DS, Fiat, Jeep, Lancia, Maseratti, Opel, Peugeot y Vauxhall) han manifestado su interés por unirse a la élite de los rallyes, pero las tres exigen una apuesta por monturas eléctricas. Hace unas semanas la FIA integró en su pirámide el grupo Rally5e, destinado a los artefactos impulsados por esa energía y que deriven de los modelos de serie.